El País

La efectividad de las medidas económicas de urgencia

El análisis fue realizado por Miguel Calvete.

En un contexto de inestabilidad económica y de bajo consumo, el presidente del Instituto de Estudio de Consumo Masivo (INDECOM), Miguel Calvete se expresó en una entrevista con el diario El Intransigente. En este sentido, Calvete explicó las razones de la suba de la inflación en el mes de agosto y evaluó la efectividad de las medidas económicas de urgencia del Gobierno Nacional.

Calvete explicó que el aumento del Índice de Precios al consumidor, se explica «fundamentalmente en dos variables: la inflación promedio general y la inflación en alimentos. La inflación de la canasta alimentaria obedece al efecto devaluatorio que impactó de forma directa sobre los productos de góndolas y que superó el 5%, fundamentalmente basado en todo lo que son productos relacionados a commodities».

En tanto, manifestó a El Intransigente que «no nos olvidemos que en mayor o menor medida los productos que se comercializan de la industria de alimentación tienen incidencia del dólar respecto de por ejemplo lo que es el plástico, insumos de industria, químicos, vidrios, cartón, envases larga vida» que corresponden a la cuestión del packaging.

«De ahí que, si ponemos los productos en sí mismos, caso de harinas y derivados, aceites y derivados que prácticamente tienen un precio de responsabilidad internacional porque son commodities, el impacto fue muy alto, casi lineal respecto a la devaluación como son los productos que prácticamente están dolarizados. Eso que nos dio 5,64% pero en promedio a nivel general nos dio 4,82%».

«Obviamente hay algunas medidas que tomó el Gobierno caso de la quita del IVA para, un poco, atenuar este impacto devaluatorio. Ocurre que, el hecho de implementar de la forma en que se implementó el Decreto de Necesidad y Urgencia del presidente, ha generado una distorsión de precios», precisó el titular de INDECOM.

En ese punto, dijo que «la industria le cobra al distribuidor el 21%, el distribuidor le cobra al punto de venta el 21%, pero el punto de venta no le puede cobrar al consumidor final, tal y como figura en el DNU. Y esto generó que el hecho que el punto de venta tenga que tomar todo ese crédito fiscal y esperar entre 60 y 90 días, o aplicarlo de forma parcial a otros tributos, genera un costo financiero. Es ingenuo pensar que ese costo financiero no se vuelca al producto. No nos olvidemos que el dinero en Argentina vale entre 8% y 10% mensual, sobre todo en la economía con un 40% de informalidad y en un marco de distorsión de precios».

Asimismo, Calvete detalló que «nosotros lo que sugerimos desde INDECOM en principio, fue que el reintegro sea a través de las tarjetas sociales, de todos aquellos que estamos bancarizados, que son tenedores, jubilados, tenedores de tarjetas sociales, beneficiarios de planes sociales, de AUH y todo el sector asalariado que cobra por bancos. Esto estimularía también a aquellos que al no estar bancarizados saquen sus tarjetas como monotributistas. Claramente no se hizo de esa manera entonces ocurrió que a algunos pícaros el beneficio del IVA les resultó una ganancia a su margen habitual».

Consultado sobre la posible corrección que el Gobierno podría realizar sobre este beneficio, Calvete apuntó que «lo corrigió el viernes pasado, pero ¿cómo lo corrigió? Dijo: que la industria cobre el 21% a los distribuidores, pero que los distribuidores y mayoristas no le cobren el 21% a los puntos de ventas, porque de esta manera evitamos eso. Pero el daño ya está hecho, nosotros se lo hemos comentado al Secretario de Comercio, es una cuestión de impericia evidentemente».

En referencia a herramientas que permitan realmente el freno a la suba de precios, el referente manifestó que «obviamente la medición de la inflación de septiembre va a dar superior a la de agosto; venimos de un mes de julio de 2,2%; en el caso de INDECOM 2,32% de inflación. Ya en agosto estamos en 4,82% y un 5,62% en alimentos. Septiembre por un efecto de inercia inflacionaria, donde los mayoristas todavía no trasladaron toda la devaluación a los precios, vamos a tener sin lugar a duda una inflación superior al 5%».

Por último, sobre el nivel de consumo en supermercados, Calvete señaló que «cayó en prácticamente en todos los canales; en los únicos que no impactó tanto es en los mayoristas pero formatos minoristas, en las ferias francas y en alimentos de segundas marcas que se encuentran posicionadas entre las primeras marcas en virtud de una cuestión de caída del salario real, la gente obviamente opta por segundas marcas».

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