En las últimas horas, se generó una preocupación en torno a la salud del papa Francisco. Un dolor en la rodilla derecha que arrastra el sumo pontífice le impidió este sábado presidir la ceremonia de la Vigilia Pascual en la basílica de San Pedro en el Vaticano. En este contexto, Jorge Bergoglio se limitó a leer la homilía, bautizar a un grupo de personas y siguió la misa sentado en un sillón.
El papa Francisco, que cumplirá 86 años en diciembre, padece una gonalgia debido a la artrosis que ya ha provocado cambios en su agenda de la Semana Santa, como no participar en la procesión del pasado Domingo de Ramos. Es la primera vez desde 2005 que un sumo pontífice no preside la ceremonia de la Vigilia Pascual, a la que acudieron unas 6.000 personas
El papa Francisco estuvo presente en toda celebración sentado, pero no ofició la misa, por lo que el decano del Colegio Cardenalicio, el cardenal italiano Giovanni Battista Re, se ocupó de celebrarla. En la Vigilia Pascual, misa en la que los católicos esperan la Resurrección de Jesús, el Pontífice leyó su homilía, en la que señaló que a Dios no se le puede “encasillar” en los “esquemas” humanos.
Así, instó a no buscar su apoyo solo “en la emoción pasajera” o en el “momento de la necesidad”. El papa Francisco también reivindicó el rol de una Iglesia “sin miedos, sin estrategias, ni oportunismos” y deseo que lo que la mueva “el deseo de llevar a todos la alegría del Evangelio”. “Resucitemos a Jesús, el Viviente, de los sepulcros donde lo hemos metido, liberémoslo de las formalidades donde a menudo lo hemos encerrado”, reclamó.
Durante la ceremonia fueron bautizados siete adultos procedentes de Italia, Estados Unidos de América, Albania y Cuba. El Pontífice, que no tomó parte en la procesión al ingreso, tampoco pudo postrarse en el suelo de la basílica de San Pedro por la Pasión del Señor este viernes, durante el Viernes Santo, cuando la Iglesia recuerda el calvario y muerte de Cristo en la Cruz.