La politización de la Policía le hizo mucho daño a la fuerza. Los efectivos se comunicaron con El Aconquija para presentar su molestia porque transcendió que dos integrantes de Defensa Civil ascendieron a Comisario sin rendir el curso correspondiente. Sería el caso de Martín Castelli y Walter Zárate, ambos llegaron de la mano del ex secretario de Seguridad, Marcos Denett, durante la gestión Corpacci, luego tras el cambio de gobierno, el abogado fue promovido a Fiscal de Estado en la administración Jalil.
Volviendo a Catelli y Zárate, cuando fueron ascendidos a Subcomisarios sucedió lo mismo, nadie los vio rendir porque andaban ocupados en tareas solidarias o emergencias relacionadas con Defensa Civil. Como es imposible armar cursos solo para ellos, y como supuestamente no pudieron asistir, directamente se les dio un nuevo rango obviando el mecanismo formal que rige para todos los integrantes de la fuerza causando gran malestar interno.
Esos privilegios por amistad política o identificación ideológica abierta tira por la borda la lógica policial y el esfuerzo individual de superación convirtiendo a la institución en una suerte de sede peronista con favores para los policías-militantes que demuestren Lealtad. Recordemos el escándalo con el Censo Político llevado a cabo por la Policía en la era Denett que horas más tarde se cayó tras una publicación de El Aconquija. De hecho Juan Denett, hijo de Marcos, llegó a ser diputado politiqueando con los foros de Seguridad y en Defensa Civil.
Los cursos para ingresar a la Fuerza están cuestionados por la famosa “cuña” política, la Policía como una suerte de bolsa de trabajo para cumplir con compromisos de los funcionarios de turno menoscabando el esfuerzo de quienes tienen vocación de servicio con previsibles daños para la institución a futuro. Cómo será que un movilero de Radio Valle Viejo de apellido Pontífice también figura en la Policía a cambio de publicidad y elogios desmesurados para las autoridades.