Esta parecía ser la estación de los casamientos, sin embargo, el actor Benjamín Vicuña hizo que las cosas cambiaran después de adelantar que no se casaría con su colega profesional Eugenia “la china” Suárez. Daba la casualidad de que el trunco matrimonio se iba a dar al mismo tiempo en que Pampita, ex de Vicuña, se casaba con el empresario Roberto García Moritán, el próximo 22 de noviembre.
Con anterioridad, el actor chileno confirmó estar convencido de casarse con la China, sin embargo, algo lo habría hecho cambiar de opinión, según confesó en el programa “Viva la Pipol”, conducido por Rocío Marengo. Según expuso el padre de Magnolia, prefieren tomarse el evento con calma y no hacer todo a las apuradas, sobre todo cuando ya tienen una familia más que consolidada.
“Hablábamos del amor y se me vino a la cabeza tu casamiento con la China. En alguno momento se dijo que se iban a casar, después dijeron que no. ¿Se pasó para más adelante?”, le preguntó, de una, Marengo. Ante esto, Vicuña confesó la postergación: “Fue un año muy intenso en lo laboral, con muchos viajes, y la verdad no nos corría nada”. De esta forma, dio a entender que ninguno de los dos quería casarse de inmediato.
“Yo tengo mi familia súper consolidada con mi mujer, viviendo juntos. Era medio ridículo meterle tanta presión a algo que lo queremos hacer bien, hacer lindo. No está descartado. Estamos buscándole un lugar apropiado”, fueron las razones que dio el protagonistas de la tira del Trece “Argentina, tierra de amor y venganza”. Si se mira el éxito que está teniendo la novela en la que participa, queda en evidencia que el plano laboral estaría siendo exigente con la pareja de actores.
Si bien queda descartado un casamiento próximo de parta de Suarez y Vicuña, el mundo de la farándula todavía tiene el de Pampita y el empresario del PRO. Desde un comienzo, este matrimonio levanto sospechas y polémicas, ya que la pareja habría confirmado su casamiento a dos meses de salir como pareja. Otra cuestión que escandalizó a más de uno, son las invitaciones a la boda, las cuales, para algunos invitados, serían “de segunda mano”.
