En la noche del miércoles, un participante volvió a sorprender a todos con su historia de vida, en el programa ¿Quién quiere ser millonario?: Mario Rodolfo Fratti, para todos, Fito. “Sabés que estaba repasando tu historia y tu historia es una película, Fito. Fito es una persona que tiene 59 años y parecés muchos menos, Fito, igual. Y vivís en la calle”, dijo al comienzo el conductor, Santiago Del Moro. “Vivo en la calle”, asintió él.
“¿En qué momento te quedaste en la calle, o cómo fue la primera noche que dormiste en la calle mejor dicho?”, le consultó Santiago. “Yo tengo la experiencia del servicio militar, maniobras de supervivencia. Yo tuve una educación también muy estricta, en el buen sentido de la palabra, y eso me fortaleció”, respondió el concursante. “Pero no es la muerte de nadie, es la vida que te va conduciendo, te va llevando por situaciones disímiles. Confiaste en gente profesional de las leyes, y ellos tienen otra concepción de la vida y bueno, acá estamos, pero no estoy mal”, agregó.
“Le cuento a la gente que por ahí anda por Zona Norte, por la zona de Unicenter, que Fito duerme ahí, dormís cerquita del shopping”, comentó Del Moro. “Claro, porque en el shopping son muy atentos, son muy considerados, algunas personas, son muy gentiles. Y yo también me comporto de una forma como corresponde, como debe ser”, sostuvo el participante.
“Bueno, Fito, te vamos a ir descubriendo a medida que vayamos pasando, o atravesando este juego tan maravilloso. La verdad que como te decía, tu historia de vida la repasamos recién antes de que empiece el programa, y es una historia sacada de una película. Un hombre que, bueno, la vida como decías vos le jugó una mala pasada y termina viviendo en la calle como mucha gente lamentablemente, pero nos vas a ir contando mucho más de esto que te pasa, de tu realidad, y jugando para concretar el sueño seguramente de estar un poquito mejor el día de mañana. ¿Vamos por eso?”, dijo el presentador.
Al final del juego, el participante decidió retirarse con medio millón de pesos, para no arriesgarse en una pregunta que dudaba mucho de la respuesta.