A pocos días de presentarse en el WiZink Center de Madrid, el cantante español Enrique Iglesias, quien compartirá escenario con Danny Romero, brindó una entrevista previa al concierto. El cantante de 44 años aprovechó la ocasión para confesar algunos secretos personales sobre la relación con su padre, el también cantante Julio Iglesias.
“A los 18 años me separé de mi familia por completo. Y fue difícil. Me fui y durante diez años no tuve absolutamente ningún contacto con mi padre. No empecé a tener contacto con él hasta que falleció mi abuelo, cuando yo tenía treinta años. Son muchos años. Sufrí mucho. Pero lo que sentía por mi música me daba fuerza. Y, sobre todo, perseguía el objetivo hacerlo a mi manera”, comenzó explicando el artista, según informó El Intransingente.
Lo cierto es que Enrique abandonó su hogar con tan solo dieciocho años, sin el apoyo de su padre. “Hice las maletas y me fui a vivir a Canadá. Sin pensarlo mucho. Me fui allí porque sabía que era como vivir en Estados Unidos, pero no conocía absolutamente a nadie. Como no conocía a nadie me podía concentrar en mi música y trabajar”, aseguró.
No obstante, Iglesias sufrió padeció la soledad. “Lloré mucho en el inicio. Hubo un momento en particular. Me fui a San Francisco a mezclar mi primer disco. Estuve un mes allí. Recuerdo regresar al hotel, estar ahí solo y ponerme a llorar. Y pensar: ‘Qué estoy haciendo: he perdido el contacto con mi familia por completo’. Porque afectó a todo. Sobre todo con mi padre, pero también con el resto de la familia”, reconoció.
El cantante dio detalles de la relación con su padre, mientras que dejó en claro que, gracias al amor de sus hijos, en la actualidad sufre mucho menos. “Nos queremos mucho. Mi padre es un tío muy competitivo. Y yo, en cierta manera, también. Nos tenemos un respeto mutuo, más ahora que hace veinticinco años. Es mi padre y lo quiero con toda mi alma”.
Para finalizar Enrique agregó: “respeto y lo admiro y hasta en parte entiendo las cosas que ha hecho en su carrera y en su vida personal. Cuando ahora estoy un poco deprimido voy a ver a mis hijos y me digo: ‘Pero cómo puedo ser tan egoísta de estar de bajón por tal o cual cosa teniendo esto aquí’. Mientras mis dos bebés estén felices y yo sea buen padre, el resto es secundario”, concluyó.