Se activó por segunda vez el protocolo por coronavirus en Catamarca. La primera vez las autoridades se molestaron con las redes sociales y con el periodismo. La noticia reflejaba el caso sospechoso que afectó el normal funcionamiento del Hospital San Juan Bautista. Trascendió que. en esta oportunidad, el gobernador Raúl Jalil ordenó no ocultar información sensible a la comunidad. Además, le pidió a sus funcionarios hacer un recorrido por las farmacias para garantizar insumos y controlar el costo de barbijos y alcohol.
Se trata de una mujer de 36 años que llegó del norte de Brasil hace unos días a Catamarca. De acuerdo con las autoridades del ministerio de Salud, tras tomar muestras que se mandaron para su análisis, se mandó a la casa a la paciente. La mujer permanecerá aislada con el respectivo seguimiento. Desde la cartera sanitaria llaman a no generar pánico con la circulación de la información falsa pero negaron el primer caso sospechoso. Actuaron de otra manera ahora, tal vez porque reconocen que es imposible ocultar algo así o porque hubo una orden desde “arriba”.
Jalil por el mundo
El Gobernador estuvo hace poco en Dubai y Canadá. Esto preocupa a la comunidad catamarqueña pues Jalil tiene pensando hacer dos viajes más al exterior, en el corto y mediano plazo. No sería una locura que el propio gobernador introdujese el coronavirus en una provincia cuya infraestructura y personal no están en condiciones de soportar una epidemia de esta naturaleza.
Sin embargo, la ministra Claudia Palladino, aseguró sin ponerse colorada que Catamarca está preparada para el coronavirus. Por otro lado, se analizan medidas por el aniversario 400 del hallazgo de Virgen del Valle. Este es un evento masivo, difícil de controlar.
Asimismo, se informó que la empresa estatal PRODUCAT hace pruebas para empezar a confeccionar barbijos para consumo interno y para vender a provincia vecinas. Hay que recordar que el gobernador y su familia son dueños de varios sanatorios privados y de una red de farmacias, entre otros negocios (inmobiliario, automotriz, etc). Por caso, Jalil se compra ambulancias y se paga en calidad de prestador de servicios a la obra social estatal OSEP. Lo que significa que Jalil tiene no solo el control estatal sino decisiva injerencia en el ámbito privado.
