Resulta que los problemas políticos del intendente Luis Polti de Recreo son prácticamente los mismos que los de la jefa comunal chacarera Susana Zenteno, la diferencia es que -por alguna cuestión- ella es la “mimada” y él es el “huérfano” de esta historia. De hecho Luis se quejó porque la Provincia le manda plata, le hace obras y se hizo cargo de los cesanteados de Susana pero a “Lula” lo tienen abandonado o le dan cualquier otra cosa, menos lo que necesita. ¿Por qué?
El reclamo de Polti es justo pero lo de Susana trascendió incluso la vida política y se convirtió en un escándalo familiar por celos de la esposa de un alto funcionario del Gobierno. Como sea, es complicado explicar el trato por parte de Provincia para Susana a diferencia del intendente pero es innegable. No obstante, hay otras explicaciones, como por ejemplo el caudal electoral de Valle Viejo, esto para los mal pensados, y al margen de las escenas de celos de la Sra. del ministro.
Asimismo, lo de Polti y su asesor Fernando Contreras en las últimas horas habla más de ellos que del conflicto municipal. El Doctor Contreras “haciendo señas obscenas” a los cesanteados que perdieron su laburo y no tienen para comer “tocándose las partes íntimas” y Lula sugiriendo que les dará un tiro. Sin duda a Polti le sobra trivialidad y le falta mucha contención. El asesor Contreras cambió el prestigio que le heredó al padre (QEPD) por la vulgaridad.
Como consecuencia, uno se va descapitalizando (léase quedándose solo) y el otro se desprestigia innecesariamente (léase perdiendo clientes a lo loco). El poder y la plata marean. Ya no tienen filtro. La impunidad tiñó la gestión peronista. Tampoco esconderse detrás de una enfermedad alcanzará para justificarse o justificarlos, aunque pueden despertar cierta compasión cristiana y natural solidaridad. Es necesario rezar mucho por ellos.
Con los problemas que tiene Jalil, encima tiene que lidiar con las “pasiones” de Polti, de Susana, el abogado Contreras, el funcionario provincial, la esposa del ministro, etc, etc. Es que, al revés de lo que se cree, la política tiene más que ver con las pasiones que con la razón. Las boberías de Lula, la hipocresía de la intendenta, la soberbia del abogado, la fiebre del funcionario, los celos de la esposa del funcionario, explican la realidad y la apariencia de realidad.
Por Juan Carlos Andrada
Especial para El Aconquija