La verdad que llorar al ídolo es discutible. Incluso queda dentro del ámbito privado u órbita intima de la persona pero en un legislador provincial puede disparar otra polémica. Al parecer al diputado Daniel Lavatelli le sobra el tiempo para seguir viendo videos de Maradona e incluso manifiesta que no para de llorar. En Catamarca sobran situaciones críticas en la calle y sobre todo en el interior pero por estas realidades los diputados no derraman una lágrima.
Parece que los diputados están muy sensibles. La semana pasada el diputado Augusto Barros se quebró al aire porque era cuestionado. Esto luego de que la familia consiguiera un buen precio por una máquina municipal de Valle Viejo para hacer la pileta y pasar un veranito diferente. Barros dijo que era víctima de una campaña sucia y aseguró que a sus detractores los mueve el odio. Que la propiedad era de sus hijos y que pidió la retro como cualquier vecino, colaborando además con las arcas municipales. Pero no puedo evitar sollozar por los comentarios en las redes sociales.
Ahora el diputado Lavatelli sensibilizado por la muerte de 10. “Es insoportable ver cada video de Diego Armando Maradona y no dejar de llorar”, posteó en su cuenta de Twitter consternado por el fallecimiento del crack argentino. Sin negarle a nadie el derecho a sentir e incluso llorar a moco tendido, el problema es que aparte de lloriquear y mostrarse compungido en las redes, es preciso, mejor dicho, imperioso, dar con soluciones en este contexto de crisis sanitaria y económica para con los ciudadanos catamarqueños.
Pero es muy común ver cómo los legisladores catamarqueños se enganchan con temas nacionales adhiriendo o repudiando hechos o noticias que no tienen nada que ver con su tarea legislativa perdiendo un precioso tiempo que podría ser empleado en aportar ideas para salir del pozo en el que se encuentra la provincia. Ese tiempo del legislador es pagado con fondos públicos y no estaría siendo productivo que se la pase viendo videos de solo nostálgico.
Hace unos días El Aconquija comenzó con una serie de informes relacionados con lo que cuesta cada senador. 350 mil pesos por 12 meses, es decir 4,2 millones de pesos solo en un año. Si multiplicamos 4,2 millones por 4 años, nos da la friolera cifra de 16,8 millones. Los diputados también tienen su buena dieta que analizaremos en detalle pero, curiosamente o no, mientras hay gente que no tienen agua, Barros llora por la pileta. Mientras hay catamarqueños incomunicados por falta de camino y sin salud, Lavatelli llora por Maradona.
Por Juan Carlos Andrada
Especial para El Aconquija.
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