En un momento marcado por la espera de la publicación del Staff Report, el cual detalla la revisión de la situación del país por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) y en medio de las vísperas del nuevo desembolso de los fondos pautados en el acuerdo firmado por la Argentina, el CEPA (Centro de Economía Política Argentina) realizó un informe acerca del acuerdo con la Argentina en el marco de la reciente salida de Christine Lagarde para su eventual conducción del Banco Central Europeo.
En este sentido, debido a la ampliación y reformulación del programa de junio del 2018 se «esconde un apoyo político inédito aún para el FMI, al pasar en tan sólo 3 meses de un monto total de 50 mil millones de dólares con desembolsos escalonados y precautorios a uno de 57 mil millones de dólares en el programa de octubre 2018», detalló el documento. Así, se concentra prácticamente la totalidad de los desembolsos antes de realizarse las elecciones: 87,96% antes de las generales de octubre 2019, y al mismo tiempo, «se pierde el carácter precautorio del acuerdo».
«Además de representar un apoyo extraordinario, la sequía de fondos para el gobierno entrante y la acumulación de vencimientos presuponen una amenaza velada, al dejar agotadas las fuentes de financiamiento externo de emergencia siendo el FMI el prestamista de última instancia», mostró el escrito teniendo en cuenta que se está a menos de un mes de las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) que se desarrollarán durante el 11 de agosto de este año.
De esta manera, al próximo mandato presidencial le van a quedar solamente «4.900 millones de D.E.G –lo que equivale aproximadamente a 6.700 millones de dólares- en desembolsos trimestrales equivalentes hasta mediados de 2021, donde ya empiezan a correr los pagos por la devolución de los préstamos al organismo», informó el Centro que realiza análisis sobre las distintas facetas por la que pasa Argentina en cuanto a medidas gubernamentales que pudieran afectar directa o indirectamente a la sociedad.
«Las proyecciones estimadas en las distintas etapas de los programas tienen un sesgo permanente y sistemático al optimismo», declaró la organización sobre las metas especuladas por el ente que realiza prestaciones a distintos países del mundo, pero asegurándose de planear modificaciones de los sistemas con medidas gubernamentales que permitan al país poder recaudar los fondos para solventar la deuda con los intereses que fueron determinados para la Argentina en un 4%.
«Los valores estimados por el organismo para la inflación interanual en cada instancia de revisión comparados con la inflación esperada por el mercado en el mismo momento reflejada en el relevamiento de expectativas de mercado mensual que realiza el BCRA», analizó. Es decir, en junio de 2018, el FMI estimaba una inflación interanual del 27% para el 2018, mientras que el mercado, a través del REM, estimaba un 30%. «Esperamos en la revisión aprobada el 12 de julio una nueva revisión al alza de las expectativas de inflación interanual, teniendo en cuenta que la expectativa del último REM se ubica en un 40% interanual», aclaró el CEPA.
«El FMI subestima permanentemente el peso de la deuda pública como porcentaje del PBI. En diciembre de 2018 estimaban terminar el año con un ratio de deuda sobre el PBI del 78% cuando terminó cerrando en 86,3%. Las groseras diferencias en las proyecciones y el resultado real de las políticas aplicadas no sólo derivan en un estado de reformulación permanente de las políticas, dañando tanto la credibilidad de las autoridades locales como la de las autoridades del organismo, sino que pone serias dudas sobre la eventual capacidad de repago de las deudas que se generan con el organismo», finalizó el ente.