El País

Las low cost y sus beneficios económicos

La apertura comercial y las low cost lograron lo imposible: bajar el precio.

En un contexto macroeconómico donde el país se encuentra marcado por la pérdida del poder adquisitivo del dinero y con la devaluación del 50 por ciento en la mitad de la gestión de Mauricio Macri como presidente de la Nación, hay un dato que hay que rescatar más allá de lo trivial que representa este logro, que es que los pasajes aéreos hoy cuestan la mitad de lo que valían en el 2015, técnicamente, una de las pocas cosas que bajaron de precio en cuatro años, según informó el diario El intransigente.

Técnicamente, en medio de una depreciación salarial impactante ante guarismos inflacionarios que alcanzaron el 60 por ciento, los precios de los pasajes aéreos de cabotaje quedaron en un 50 por ciento de su valor gracias a la desregulación aerocomercial que impulsó el Gobierno, con la apertura de los cielos a las compañías low cost, cuya competencia por precio benefició al menos esta vez a los consumidores.

Si tomáramos los valores comparativos entre 2015 y 2019, un pasaje a un destino dentro de la Argentina que sale poco menos de $1000 pesos al día de hoy, su costo real debería estar cerca de $2000, lo cual evidencia una depreciación del 50 por ciento productos de la apertura comercial y el arribo de las aerolíneas bajo la modalidad low cost que llevó al mercado a una competencia por precio que esta vez sí benefició a los consumidores.

Algo similar podría trazarse, pero con los viajes en taxi, que ante el desembarco de Uber obligó a una mayor competencia que, a su vez, motivó a una baja en la tarifa de los pasajes en el marco de una inflación acumulada en cuatro años del 200 por ciento. Dicho esto, en cuanto a transporte aéreo, esto contribuyó a un incremento de pasajeros en vuelos aerocomerciales, más aún con los valores de los pasajes en micros de larga distancia que quedaron un poco por debajo de los tickets aéreos.

De acuerdo con las estadísticas, en los últimos 4 años la cantidad de viajeros en avión dentro del país se incrementó en un 82%, en un contexto de fuerte recesión. Un ejemplo es el mes de julio cuando se produjo un récord histórico con más de 1,5 millones de pasajeros en sólo treinta días como consecuencia de la llegada de empresas como Flybondi, Norwegian, JetSmart, entre otras, y más rutas y conexiones entre las provincias.

El consumo en el mercado interno de nuestro país no consigue levantarse y continúa sin poder emitir señales de una clara recuperación. Esta conclusión se desprende del registro mostrado por las tarjetas de crédito que señala una escasa utilización de las mismas, la cual crece de forma nominal por debajo de la mitad de lo que lo hace la inflación.

En este sentido, las operaciones que tuvieron lugar por medio del plástico dejaron un saldo de $416.471 millones durante el transcurso del pasado mes de julio, lo cual significó una suba del 3,7% en relación con junio. En lo que hace al crecimiento nominal interanual el aumento fue de apenas un 21,8%, lo cual representa muy poco para la economía argentina.

Si bien el Índice de Precios al Consumidor (IPC) elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (INDEC) correspondiente a julio se conocerá recién el próximo jueves 15 de agosto, se puede observar que, tomando en consideración lo sucedido en junio es posible arribar a la conclusión planteada al principio.

La inflación anual en ese momento trepó al 55,8%, esto significa que fue un 34% más alta que el aumento en el uso de las tarjetas de crédito. En lo que respecta a la línea de préstamos personales, estos disminuyeron en julio si se lo compara con junio mostrando un descenso del 1,1%, es decir, el saldo se achicó a un total de $414.608 millones.

«Si bien las variaciones anuales presentan signo positivo en términos nominales, queda claro que en términos reales el stock total de préstamos a personas humanas ha caído durante los últimos doce meses producto de la retracción de la oferta ante el endurecimiento de la mora y la cautela de la demanda a la hora de tomar nuevos compromisos», dijo Guillermo Barbero de la consultora First Capital Group.

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