En la mañana del día sábado, el ministro de desarrollo social, Daniel Arroyo, dialogó con la radio FM Milenium para conversar acerca de sus primeros pasos en el ministerio y sobre la implementación de una de las medidas primordiales: la tarjeta alimentaria, en un contexto en el que el hambre es un problema grave para la Argentina, y también para comentar como es la relación del gobierno con los sectores productivos.
Según una nota que publicó El Intransigente y a partir de la entrevista radial, “los primeros días en el Ministerio son intensos, igual estoy contento porque pudimos poner en marcha la tarjeta alimentaria en una semana en la ciudad de Concordia, la que tiene los mayores índices de pobreza. Además pudimos arrancar con algunas acciones concretas de lo que tiene que ver con el crédito no bancario. La idea es que todos puedan comer en el país, vamos hacia eso y me pone contento”, aseguró.
Luego, el funcionario hizo mención a la reunión de ayer para avanzar en el acuerdo del pacto social. “Se firmó un acuerdo que es para el desarrollo y la solidaridad. Hubo cuatro patas, el sector privado, el mundo del trabajo, los movimientos sociales y el Estado. En esencia, el acuerdo tiene dos grandes partes, una es atender la emergencia del hambre y lo segundo es construir un modelo de desarrollo en base a la producción y trabajo”, afirmó.
“Poca veces en Argentina varios sectores se pusieron de acuerdo para poner en marcha un plan progresivo. En el encuentro no se habló de medidas concretas, sino de lineamientos y de que va a ponerse en marcha el Consejo Económico Social, que va a ser más sectorial y se van a discutir medidas concretas en cada sector productivo”, explicó.
Por otro lado, Arroyo detalló cuanto es el monto que se aplica al nuevo beneficio del Gobierno y por qué es importante tal implementación. “Cada tarjeta aplica cuatro mil pesos para el beneficiario, la madre de un chico menor a seis años, y de seis mil pesos para aquella madre que tiene dos o más hijos. La misma se recarga el tercer día de cada mes y permite el desarrollo nutricional porque sólo pueden comprar alimentos. Además, no tiene un impacto fiscal adicional y no usamos los fondos de la Anses”, indicó.