El caso por el violento asesinato de Fernando Báez Sosa, a la salida de un boliche en Villa Gesell, sigue su curso. Los 10 rugbiers acusados por este crimen ya se encuentran alojados en la alcadía del penal de Dólores, donde están juntos pero sin el contacto con otros presos. Este jueves los deportistas recibieron la visita de sus padres en un horario especial.
El pasado sábado 18 de enero por la madrugada, se generó una trifulca dentro del boliche Le Brique de Villa Gesell y la seguridad sacó a un grupo de 10 rugbiers y a Fernando Báez Sosa. Luego de esta expulsión, los deportistas fueron a buscar al joven de 19 años y lo asesinaron a golpes. La justicia actuó de manera rápida y todos los sospechosos quedaron detenidos por la muerte de este muchacho.
Luego de pasar por varias ruedas de reconocimiento, los rugbiers fueron trasladados al penal de Dólores, donde se encuentran juntos pero sin contacto con otros presos. Este jueves, los jóvenes imputados recibieron la visita de sus padres, pero fue algo acotada, ya que duró una hora y se produjo fuera del sector usual de visita de la cárcel y del horario acostumbrado.
El padre de Thomsen (el más complicado judicialmente) volvió a hablar a la salida y reiteró que que al momento del crimen su hijo “estaba alcoholizado y no se acuerda de la pelea”, aunque aclaró que “no lo justifica” y que tiene “miedo de no verlo más en libertad”, ya que el delito por el que los imputaron fue el de “homicidio agravado por premeditación y alevosía”, que contempla la pena de cadena perpetua.
A la salida otros padres de los detenidos también hablaron de manera breve. La familia de Juan Pedro Guarino pidió “que se haga justicia” y añadió que “los chicos están bien”. “Le mandamos saludos al papá de Fernando”, señalaron posteriormente, en la misma sintonía que otros familiares que sostuvieron: “Hay que ponerse en el lugar de ellos. Es el dolor más grande que se puede sentir.
Fuente: Na