El presidente de la nación inició su gestión con un objetivo que era tratar el tema de la deuda que tiene Argentina. La llegada de la pandemia del coronavirus cambió rotundamente los planes, y dejó en un segundo plano esto. A pesar de esta grave crisis, Alberto Fernández y Martín Guzmán se reunieron con los gobernadores y presentaron el plan de restructuración.
NA informó que el gobierno incluye reestructurar deuda por 66.238 millones de dólares. Contempla un período de gracia de tres años: recién se empezaría a pagar en 2023. Agrega una quita en términos de capital de 3.600 millones de dólares, equivalente al 5,4%. También sacarán intereses por 37.900 millones de dólares, equivalente al 62%. Se estableció el pago de un cupón promedio de 0,5% en 2023.
Las tasas que irían creciendo hasta niveles sostenibles, con un promedio de 2,33%. Los bonistas tendrán un período de 20 días a partir del lanzamiento para decidir si aceptan la propuesta. La deuda privada bajo legislación extranjera a reestructurar comprende a 21 bonos por un total de 66.238 millones de dólares y este año restan vencimientos por 4.500 millones.
Si al monto de deuda se le agregan los emitidos bajo legislación local – postergados hasta 2021- hacen un total de 83.000 millones de dólares. La oferta se hará pública con mayores detalles este viernes con la publicación de un decreto de necesidad y urgencia y también será enviada a la SEC. Para evitar el default, tras la negociación el gobierno deberá tener una adhesión de entre el 66 y el 75 por ciento de los acreedores.
El miércoles próximo vencen 503 millones de dólares de intereses de tres bonos Globales. El gobierno tomó la decisión de no pagarlos por lo que tendrán un plazo de 30 días para evitar la cesación de pagos. El principal objetivo del Estado es estabilizar la deuda pública en niveles sostenibles de PBI. También extender plazos de los vencimientos y reducir intereses a tasas cumplibles.