En el programa de Alejandro Fantino estuvo como invitado especial Luis Ventura, quien fue paciente del doctor Rubén Mühlberger. El periodista de espectáculos estaba relatando sus experiencias con el médico, que ahora tiene prisión domiciliaria. Anteriormente le había contado a Ángel de Brito: “Yo fui durante mucho tiempo, tengo muy buena relación con él. Su clínica parecía la NASA. Ahí vi a gente como Cecilia Bolocco, Betiana Blum, Catherine Fulop, Marcelo Polino. Nos encontrábamos en los pasillos y nos quedábamos charlando”.
En Fantino a la Tarde, Alejandro le contó una historia a Ventura, después de que se hablara del “Factor Luján“: “Ahí nació una historia de un romanticismo terrible. En esa ciudad se hacía el Festival del Pescador, que es un festival de folclore. Y venían varios folcloristas, entre ellos Luciano Pereyra. Entonces lo invité a pescar un par de veces”. “Y alguna vez, algún gaucho de la zona me habrá visto salir para adentro de la isla con Pereyra tocando la guitarra y ahí nació ‘Ah, este estaba con Luciano Pereyra'”, dijo entre risas.
Además se sorprendió con otro rumor acerca de su vínculo sentimental con otro hombre, en este caso, un jugador de fútbol que militó en Racing y Colón de Santa Fe. “La del (Adrián) Polaco Bastía nunca entendí de dónde viene, pero lo de Luciano salió de ahí. Cuando vas a esos lugares te aparecen esas historias”, señaló Fantino, desorientado por la versión. Al conductor nunca se lo vio en público con ninguna compañía afectiva masculina y suele burlarse cuando le consultan sobre su sexualidad.
“Un momento delicado”
Hace dos días, Alejandro reveló en su programa algunos problemas familiares. “Quiero mandarle un gran abrazo y un agradecimiento a la gente del hospital Italiano. Tengo a mi viejo internado ahí, está pasando un momento delicado. Esto es una cuestión personal, a mí no me gusta mezclar las cuestiones personales al aire porque son personales. Son cuestiones de mi vida, y es casi una falta de respeto que les ande contando cosas mías. Con los quilombos que tienen ustedes con sus vidas en sus casas y lo único que falta es que yo venga a contarles los míos”, afirmó.
Para finalizar, respecto al hospital aclaró: “Yo ya había venido al Italiano hace mucho tiempo. Lo ves lejos cuando estás en el interior, sabía que era un súper hospital. Tiene una escuela de medicina tremenda y no tengo palabras para agradecer la forma en la que laburan ahí. Esto es con todos. Veo cómo tratan a la gente ahí, y además no te conocen porque entras con barbijo. No tengo palabras de agradecimiento, sinceramente, pase lo que pase. Soy el primer gladiador defensor del Italiano. Si tocan al Italiano, te tiro con un tanque, con un obús 105 milímetros a la frente”.