En un momento marcado por la cercanía de las elecciones primarias y con una pérdida del poder adquisitivo del dinero de una manera desacelerada, pero «difícil de frenar», como expresó el economista Diego Giacomini, ayer se dio a conocer que la que la pobreza creció entre aquellas personas que tienen un empleo. Así, implica que unos alrededor de 4.530.000 individuos que trabajan en Argentina son pobres a pesar de poseer una ocupación remunerada.
Para ser más precisos, un 24,5% de quienes se mantienen en una actividad laboral ahora no llegan a satisfacer sus necesidades básicas. Si se compara con la medición realizada el año pasado, esta cifra abarcaba al 17,3% de los habitantes de las zonas urbanas. Es decir, el aumento que se produjo fue de un 7,2%, según informó el diario El Intransigente.
De esta manera, más de un millón de seres humanos cayeron en la pobreza en los últimos doce meses, exactamente 1.225.000. Esta información se desprende los datos recabados en el primer trimestre de 2019 por parte de la Encuesta Permanente de Hogares del Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (INDEC).
Este informe fue procesado por especialistas sociales y determinó, además, que si se suman las familias de quienes se agregaron a este porcentaje, sobre todo si cuentan con niños y/o adolescentes menores de 14 años, jubilado y pensionados, la pobreza urbana trepa a casi 14.000.000 de personas que viven en conglomerados urbanos.
La explicación de este fenómeno se la encuentra, según los economistas, en el hecho de que la recesión que tuvo su inicio el mes de abril del año pasado afectó de forma considerable a quienes tenían empleo por debajo de la línea de pobreza. Esto sucedió a causa de la caída del salario real en comparación con la inflación.
Pero, además, tuvo lugar un crecimiento del trabajo no registrado entre los asalariados y los cuentapropistas. Para llegar a esta conclusión se tuvo en cuenta en contraste entre los ingresos familiares de estos hogares y el precio que corresponde tanto a la canasta básica de alimentos (CBA) como a la canasta básica total (CBT).
Ambas, durante el transcurso de los últimos doce meses incrementaron su valor entre un 60,9% y un 64,2%. En cambio, los salarios y las jubilaciones ascendieron apenas un 35% en promedio, lo cual indica que se produjeron aumentos incluso menores que esa cifra Los monotributistas registrado fueron otro grupo que se vio afectado.