Benicio Pacheco es un niño catamarqueño que no debe pasar los 4 años de edad y que se hizo conocido debido a la incansable lucha de su mamá. Anahí Pacheco, quien desde 2018 no baja los brazos ni por un segundo, en su eterna lucha contra la interminable burocracia de la Obra Social de los Empleados Públicos de Catamarca (OSEP). Esta vez llevan esperando 5 meses que OSEP les brinde un repuesto para su implante coclear.
Anahí recurrió a los medios e hizo conocido este caso, hace ya dos años, con el único objetivo que desde OSEP cubrieran el costo del implante coclear y la cirugía de su hijo Benicio, quien nació con hipoacusia. Una enfermedad que si bien su tratamiento puede ayudar, no tiene cura. Con lo cual Benicio está destinado a pasar gran parte de su vida dependiendo de ese implante y de la insoportable burocracia de las obras sociales.
Para quienes no conocen la historia, es necesario destacar que luego de la incansable lucha de esta madre, Benicio pudo ser operado recién en septiembre del año pasado. Fue intervenido quirúrgicamente en Córdoba, donde se le colocó el tan ansiado implante coclear que por fin lo ayudó a escuchar. Anahí siguió expedientes de OSEP incansablemente, con el objetivo de que la obra social cubriera el costo del implante y de la cirugía, el cual rondaba el millón de pesos.
Afortunadamente la intervención fue exitosa y luego de unos controles de rutina, en el mes de octubre le activaron el dispositivo. Fue así que Benicio, en sus 3 años de vida, pudo oír por primera vez. Sin embargo, lamentablemente su mamá tuvo que volver a recurrir a los medios para manifestar su molestia y dolor, ya que desde febrero se encuentran esperando un repuesto para este implante, que le regaló el sentido de la audición a este pequeño que nació sin el.
Es indignante que al día de hoy esta obra social siga sin brindarle un servicio adecuado a sus afiliados. Pero indigna aún más que Anahí, quien vive en San Martín, Departamento Capayán, deba trasladarse constantemente hacia la capital para seguir esos eternos expedientes que no son más que palos en la rueda, que atentan contra la calidad de vida de su pequeño hijo.