Tras las muertes por Covid-19 en el Sanatorio Pasteur y la posterior confusión en la entrega de cuerpos a familiares, el sanatorio privado de la Corporación Jalil salió a despegarse. Prácticamente le echó la culpa a la empresa fúnebre cuando fue el encargado de la funeraria quién advirtió que llevaba un cuerpo equivocado por tener “forma de mujer”. Ante tan grave y doloroso error, ¿puede el Sanatorio de la familia del gobernador lavarse las manos como Poncio Pilato?
“Ante los hechos de público conocimiento que se han dado a conocer el día 21- 6- 21 a partir de las 12 30 horas por los medios de comunicación, Sanatorio Patestur comunica que se trataba de un paciente infectado por COVI-19 y por lo tanto, el retiro del paciente fallecido se hizo siguiendo protocolos específicos y también exigidos para la ocasión”, sostiene el comunicado de la empresa familiar dedicada al negocio de la salud.
“También informamos que el Sanatorio Pasteur no participó en el traslado ni la cremación del paciente fallecido, lo cual está cargo de la empresa de sepelios”, se expresa en el descargo de la Clínica privada endilgando la toda la responsabilidad y la confusión de los cuerpos a la funeraria como si hubiera ocurrido en un centro de salud ajeno a la firma Jalil o como si la funeraria se manejara sola sin contacto con responsables del Sanatorio. ¿Quién entregó los cadáveres?
Recordemos que el 21 de este mes una familia catamarqueña experimentó una enorme y dolorosa confusión. Les entregaron otro cuerpo que iban a despedir como un familiar al tiempo que cremaron al de su padre en tiempo record. El hombre de la zona sur de SFVC de apellido Moya murió en el Sanatorio Pasteurpor Covid-19. De acuerdo a lo que supo El Aconquija, lo advirtió el encargado de trasladar el cuerpo porque “tenía forma de mujer” y él debía hacer el servicio de un masculino. La mujer fallecida fue llorada también erróneamente. Luego se habló de la confusión con un tercer cadáver. El caso se judicializó.
Lo peor fue que después les dijeron que el hombre que buscaban ya había sido cremado. Si la familia Moya tenía un cuerpo que no era el de su padre, entonces, otra familia despidió a un ser querido sin saber que en realidad no era la mujer sino Don Manuel Moya. Los familiares del hombre tienen sus dudas sobre las últimas horas de Manuel y se preguntan por la rapidez que cremaron el cuerpo cuando ellos aún hacían trámites en el Sanatorio. “Acompañamos a la familia y lamentamos profundamente su dolor”, termina diciendo el comunicado firmado por un tal Lencina en representación del Pasteur.
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