El interior de Catamarca sigue igual. El Gobierno dice que “está todo bien” pero lo cierto es que falta de todo un poco. La realidad es que en pandemia gente pobre se muere por falta de oxígeno. La localidad de Medanitos en Fiambalá es un ejemplo. El Aconquija supo que vecinos están haciendo una vaquita para comprar oxígeno y arreglar la ambulancia ¿Cuándo el Covid-19 está más fuerte que nunca? ¿Cómo hacen cuando hay que trasladar de urgencia?
Los vecinos de Medanitos comenzaron a recolectar dinero para “colaborar” con el hospital local, pero también porque el Gobierno no puede garantizar la salud pública para la población. La pandemia llegó después de años de abandono del sistema sanitario y ahora -por la emergencia sanitaria que provocó el coronavirus- el énfasis (¿inevitable?) está puesto en la capital de Catamarca, en el Hospital Monovalente “Dr. Carlos Malbrán” y en el Hospital San Juan Bautista.
Los vecinos de Medanitos ofrecen un número de una caja de ahorro para recaudar y concretar la compra. De acuerdo a un audio que circula el tubo cuesta 75 mil pesos, pero recién habían juntado 20 mil por lo que una empresa les iba a financiar el saldo, de manera que quedarían cuotas del oxígeno comprado por los ciudadanos. Una ambulancia pasaría a retirar el tubo quedando pendiente una deuda de 55 mil pesos.
Son errores de política sanitaria que cuestan vidas. Recordamos que el Gobierno provincial administrado por Raúl Jalil en lugar de entregar las nuevas ambulancias al hospital le dio las llaves de las unidades a la intendenta de Fiambalá, Roxana Paulón. La politización de la salud implicó que las ambulancias permanezcan estacionadas en un galpón municipal cuando deberían estar en los centros de salud para que no se pierda un minuto por burocracia innecesaria o egos personales.
Nunca llega la hora de los pueblos del interior. La confirmación de las promesas oficiales jamás cumplidas es que los propios vecinos tienen que recaudar como sea para comprar nada más y nada menos que oxígeno cuando debería ser un insumo básico garantizado por el Gobierno de acuerdo al derecho a la salud que tiene cada vecino y en atención al virus que –entérense señores políticos- ostenta el título de pandemia. Nada es casual. Si seguimos empoderando ignorantes o tenemos ignorantes en el poder, lo que falta será simplemente fatal para el vecino común.
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