Bolivia sigue convulsionada, y las protestas en las calles no cesan. Todo comenzó desde hace casi una semana, y se agravó este domingo cuando el Presidente, Evo Morales, anunció que dejaba su cargo para velar por la “paz”. Este lunes y bajo una gran presión política de la oposición, el ex mandatario partió con rumbo a tierras aztecas.
El dramatismo es moneda corriente, y este lunes se vivieron horas críticas. Multitudes bajaron de lo alto, al grito de “guerra civil”. Según informan medios locales, estas personas serian de pueblos originarios que se revelaron ante la represión de la policía. Una nena de tres años resultó lastimada producto de el actuar de la Fuerza de Seguridad.
Morales llamó al país norteamericano, y le pidió al Presidente López Obrador asilo político. Esto fue confirmado por el canciller Marcelo Ebrard, quien dijo que se le concedió por razones humanitarias y ante la evidencia de que la vida y la integridad de el ex mandatario corrían peligro. Un avión del la nación azteca buscó al dirigente.
El ex Presidente del estado plurinacional, habló en Twitter y expresó: “Hermanas y hermanos, parto rumbo a México, agradecido por el desprendimiento del gobierno de ese pueblo hermano que nos brindó asilo para cuidar nuestra vida. Me duele abandonar el país por razones políticas, pero siempre estaré pendiente. Pronto volveré con más fuerza y energía“.
Mientras Evo partía con destino hacia México, los disturbios en la calle no pararon. El Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, el General Williams Kaliman, anunció esta noche que las instituciones castrenses y policiales iniciaran operaciones conjuntas para contener la violencia generada en las últimas horas, y afirmó que “nunca le dispararán al pueblo”.