Internacional

La horca para quienes reclamen por la suba de combustibles: Irán.

Ya se reportaron 106 muertos. Violencia inexplicable.

Literalmente, otro mundo. Considerando la situación de nuestro país, donde se manifiesta a diario, por muchas razones, del otro lado del planeta tierra, en Irán, los líderes de las protestas, corren el riesgo de ser asesinados. El aumento en el precio de la nafta se hizo notar y hubieron varios días de manifestaciones y protestas. La Amnistía Internacional denunció al menos 106 muertos.

Según confirmó El Intransigente las autoridades de la República Islámica ya fueron muy claras: no habrá concesión alguna para los insurgentes, es decir, quienes se alzaron con las protestas contra la suba en los combustibles. Según fuentes locales, los acusados del delito de “Baghi” -rebelión armada contra las autoridades y los principios de la República- podrían morir ahorcados.

Al mismo tiempo, occidente analiza de cerca el escenario de protestas en territorio iraní donde el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos reconoció estar “particularmente alarmado por el hecho de que el uso de balas reales contra los manifestantes habría causado un número significativo de muertes”. Si bien no hay confirmación oficial, los muertos llegarían a ser “decenas”.

Según detalla la agencia ANSA, “el clima, entretanto, sigue siendo tenso, a pesar del hecho de que el gobierno de Hassan Rohani aseguró que la calma está regresando y que, para mañana las protestas por el aumento de combustible deberían concluir, esto mientras la magistratura confirmó un gran número de personas, responsables de sabotaje y desorden, identificadas y arrestadas”.

Mientras tanto, en el continente europeo, a cumplirse un año de las manifestaciones de los chalecos amarillos en Francia contra el aumento en la nafta, los manifestantes vuelven a salir a las calles. De este modo, a un año de que comenzaran estos reclamos hacia las políticas implementadas por el presidente francés, Emmanuel Macron, los asistentes a las marchas protagonizaron nuevos enfrentamientos con la Policía.

Estas marchas surgieron como oposición de la sociedad al aumento de los precios de los combustibles que intentó imponer el Gobierno de Macron. Asimismo, luego se fueron incorporando una serie de reclamos en relación a las condiciones de vida. A medida que transcurrían los fines de semanas de protestas, algunos sectores también llegaron a pedir la renuncia del titular del Palacio del Elíseo.

En este sentido, a un año de aquella primera movilización en la capital francesa, este sábado los chalecos amarillos volvieron a marchar por las calles y en distintos puntos del país. Aunque en la mayoría de los lugares las protestas fueron pacíficas, en la zona sur de Paría, cerca de Place d´Italie, se registraron algunos incidentes entre manifestantes y la Policía francesa. Como consecuencia de este conflicto, las fuerzas de Seguridad arrojaron gases lacrimógenos y detuvieron a 33 personas.

De un lado la horca; del otro, revolución popular.

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