El país de Irak ha sufrido durante meses las violentas protestas en rechazo al gobierno. Las manifestaciones eran un principio espontáneas, y luego fueron organizadas por líderes políticos y religiosos. El rechazo a los políticos corruptos fue lo que despertó a los iraquíes, que en este viernes consiguieron que el primer ministro decidiera renunciar.
Tal como informó El intransigente, en medio de las intensas manifestaciones, el primer ministro iraquí, Adel Abdelmahdi, anunció que presentará su renuncia al Parlamento. Las protestas en Irak están a punto de entrar en su segundo mes y al menos 400 personas han muerto. La noche del jueves fue clave en la dimisión del jefe de gobierno, debido al saldo fatal de 40 víctimas, situación que motivó a la máxima autoridad chií de Irak, Alí al Sistani, a pedir a los legisladores que cesen su apoyo a Abdelmahdi.
“Presentaré al estimado Parlamento una carta oficial para pedir mi dimisión de la presidencia del actual Gobierno para que la Cámara pueda reconsiderar sus decisiones”, anunció Abdelmahdi en un comunicado difundido por la oficina de prensa del primer ministro, según informó la AFP. El mandatario agregó que tomó esta decisión a pesar de lo que había “propuesto en público y en memorandos oficiales por y para el interés del pueblo y del país”.
Las declaraciones del ayatolá fueron determinante para la dimisión de Abdelmahdi, a quien calificó de “incompetente“. Además, el líder religioso se expresó en contra de los actos de las fuerzas de seguridad, que reprimieron la manifestación del jueves donde murieron al menos 40 personas. “Está prohibido atacar a las manifestaciones pacíficas y los manifestantes no deben permitir que protestas pacíficas se vuelvan en ataques en contra de la gente y la propiedad. Los enemigos del país intentan crear el caos y llevar al país de vuelta a la era de la dictadura. No debemos permitirlo”, sentenció.
Las manifestaciones comenzaron exigiendo la salida de todos los políticos corruptos. Además, el país está inmerso en una crisis económica, siendo uno de los países más ricos en petróleo del mundo. Según cifras del Banco Mundial, uno de cada cinco iraquíes están por debajo del nivel de pobreza y el desempleo en los jóvenes supera el 25%.