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Opinión

Enamorado “desoja margaritas” en Los Altos

Coyuntura electoral donde cualquier decisión tiene un costo.

En Los Altos, la cosa está que arde. El actual intendente Rafael Olveira y el senador Raúl Barot pelearían por la administración municipal. “Ruly” viene envalentonado de la última elección y con ese mismo impulso quiere arrebatarle el municipio a “Rafa”. Ya con solo plantarse al frente implica reconocer que mucho de lo que dijo la oposición del mañoso jefe comunal es real y puede significar el fin de la era Olveira. Sin embargo, no hay que contar los cabritos antes de la parición.

Para Barot todo sería más “fácil”, incluso más “lindo”, si Olveira se bajara solo, evitando el sangrado oficialista. Sin embargo, el intendente es un hombre arraigando en poder, necesita que le garanticen impunidad y lugares para la descendencia en el nuevo esquema. Cómo eso no ha sucedido aun (lo que no implica que no pueda suceder), al joven contador no le queda otra que hacer números con la oposición, es decir peronistas disidentes y radicales.

Pero el plan B (adelanto que también hay un plan C), se encuentra estancando en el acuerdo por los lugares en la lista de concejales. Barot había comprometido el primer casillero para un hombre del sector del concejal Carlos “kiki” Olveira, el segundo para un dirigente del peronismo disidente y el tercero para un referente del radical Eduardo Santiago. Sin embargo, el contador cambió de parecer en las últimas horas poniendo en riesgo la negociación del armado peronista-radical.

En la oposición hay un sector más duro (menos conveniente para Barot) y otro más dúctil (más atractivo para el contador). El primero permitiría una suerte de equilibrio institucional en tanto el segundo podría desvirtuar roles. Es compresible. Barot no sabe si salir corriendo o quedarse cuando se acerca a “Kiki” y el “Negro” Omar Ovejero, a sabiendas de que denunciaron gravísimas irregularidades en el municipio. Esa foto lo haría romper definitivamente con el Intendente. Qué horroor!!!!

Si el electorado de Los Altos percibe el olor a miedo o la tibieza de Barot, el resultado puede variar. A Olveira le sobra audacia, a la gente le gustan los candidatos decididos aunque tengan otros defectos. En este caso el senador oscila entre despegarse de Olveira y no despegarse. Quiere y no quiere. Es un “más o menos”, tal vez sí pero capaz no, lo dejo o no lo dejo, me es infiel pero lo amo. En síntesis, Barot se encuentra en esas coyunturas donde tiene que tomar una decisión y cualquier decisión que tome tiene un costo, no da para andar desojando margaritas en el bosque con cara de enamorado.


Por Juan Carlos Andrada
Especial para El Aconquija.

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