El caso Andalgalá es un laboratorio en este año electoral dónde los científicos no saben muy bien qué resultará del experimento. Es que el senador Horacio Gutiérrez representaba o era el gobernador Raúl Jalil en la Perla del Oeste pero, cuando no jugaba Lucía Corpacci. Ahora con el peronismo partido en dos y la ex gobernadora gravitando, la lógica se invirtió. Gutiérrez terminó armando una lista para las PASO 2021 que no apoya el Primer mandatario catamarqueño. En teoría, era al revés.
Jalil no aparece bancando a los candidatos del Frente de Todos en Andalgalá. La ninguneada de Raúl hacia el armado local parece un tirón de orejas al Senador que estaba encargado de realizar la síntesis peronista. El “estanciero” montó una fórmula electoral en una estructura parcial y arbitraria donde la mayoría de los justicialistas no se sintieron contenidos provocando un corte o mutilación en la oferta oficialista.
En ese marco de tensión o desacuerdo entre Horacio y Raúl, resulta extrañamente que el peronismo disidente -identificado con los dirigentes Miguel Morales y Miguel Gutiérrez- gozaría de cierto “beneplácito” por parte del Gobernador. ¿Qué olió Raúl? “Ilógico”, si consideramos que los empresarios se presentan en la elección legislativa rechazando la gestión Jalil y al gobierno provincial. Lo desprecian abiertamente porque estiman o intuyen que Raúl hoy es “piantavoto” y hay un descontento generalizado. Pero Jalil es así, se suma igual sin ser parte o sin que lo llamen.
Secundando a Morales se encuentra Laura Cedrón. Miguel y “Miguelito” están convencidos que para ganar hay que despegarse de Jalil. Qué los candidatos oficialistas bendecidos por Provincia no corren con ventaja sino por el contrario. Que hay mucho malestar en la sociedad por las políticas adoptadas en pandemia, demasiado enojo de la dirigencia por falta de contención y sobre todo una enorme desilusión porque se esperaba otra cosa de la administración Jalil, incluidos ellos.
Mientras tanto, la oferta electoral del Frente de Todos articulada por el Senador con parte del viejo o tradicional peronismo andalgalense buscó maquillar la oferta electoral con una mujer, Analía Zamorano (1), Raúl Ramírez (2) y Martha Villagra (3). Los candidatos estaban convencidos de que correrían con el “caballo del comisario” pero ese halo ganador se fue disipando con la indiferencia del propio Gobernador que dejó en claro que ésta “no es una carrera cuadrera” y que no hay ventajas extras porque no habrá bendecidos por el poder (Comisario Jalil).
Por Juan Carlos Andrada
Especial para El Aconquija
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