El sistema de la Terminal de Catamarca provoca cada vez más dolores de cabeza a los turistas o viajantes de turno. Se viven situaciones insólitas, como que no atienden el teléfono a aquellos que solicitan boletos o no hay personal atendiendo en oficinas ni siquiera durante horario comercial. Y esto es lo mínimo en cuanto a lo precario del servicio.
Por supuesto que hay problemas en la articulación de los viajes de ómnibus, ya que las personas se presentan físicamente en la terminal solamente para sacar un boleto debido al inexistente servicio de teléfono y de páginas web. Esa falta de logística y de elementos tecnológicos que sufre la estación provoca que el viajar en bus sea un calvario en la provincia.
Muchos pasajeros ya se quejaron por viajes de tipo “lechero” que tuvieron que tomar como último recurso por la falta de información proveniente de la Secretaría de Turismo de la Provincia. ¿Cuál es el viaje tipo “lechero”? Aquel que hace escala en varias localidades antes de llegar al lugar de destino determinado en el boleto, el cual suele durar el doble de un viaje directo.
Este tema debe ser abordado por parte del Gobierno de Catamarca con la seriedad que el caso requiere. Una persona con un problema de salud no puede realizar todos los trámites que enumeramos previamente por negligencia de los encargados de la terminal. Por lo que el problema no es sólo para el Turismo, sino también para Salud.
Es incomprensible que localidades de la región como Salta, Mendoza e incluso Tucumán, puedan sacar provecho de una “industria sin chimenea” como lo es el turismo y Catamarca no pueda hacerlo. La ineficiencia de la administración y la logística en este sentido es insólita, contando con los recursos como para explotar el sector turístico al máximo.