Días atrás, la directora del hospital interzonal San Juan Bautista, Silvia López, le atribuyó las fallas del tomógrafo a causas paranormales, sin embargo, las verdaderas razones tienen que ver con falta de inversión en las instalaciones. Según fuentes consultadas, la tensión eléctrica que corre por el centro médico y la falta de los complementos que aseguran el correcto funcionamiento, termina por afectar a los aparatos. Las excusas de la directora habrían intentado tapar la realidad.
De acuerdo a los profesionales consultados, la electricidad llega al hospital con variaciones en su intensidad y la institución no se encuentra equipado con los elementos complementarios que estabilizan la corriente eléctrica. Así, los aparatos de alta tecnología no solo se encuentran fuera de servicio sino que también sufren importantes daños, que no son cubiertos por la garantía de la empresa que los fabricó.
En total, la adquisición del resonador costó cerca de USD1 millón y la del tomógrafo, USD500 millones. Es decir, se trató de una inversión millonaria que no pudo ser aprovechada y que, probablemente, sea malgastada. Desde la fábrica ya advirtieron que aparatos que sufren fallas a raíz de condiciones externas no tienen garantía. Esto es que, como el actual problema del hospital es de electricidad e incluso de inversión y no de un problema interno de la máquina, quien debe ser responsable por los daños de los instrumentos médicos es el comprador.
De esta forma, se habría incurrido en una inversión nula y que podría exigir más desembolso de dinero para reponer los daños causados por la falta de mantención de las instalaciones eléctricas. Así, el resonador y tomógrafo del hospital interzonal San Juan Bautista se encuentran en desuso a pesar de la compra millonaria que suponieron. De ponerlos en funcionamiento, se corre el riesgo de que se rompan y no se puedan arreglar, al no contar con la garantía correspondiente. Mientras tanto, los pacientes que acuden al hospital y se encuentran con esta realidad, deben recurrir a sanatorios privados, que suponen otro costo.
Ante esta explicación, lejos queda el argumento de la directora López y sus razones paranormales. Si bien la realidad no es normal, está vinculada a una falta de inversión en las instalaciones del hospital, una que la directora intentó ocultar debajo de tan inapropiada explicación. Además, según fuentes consultadas, López le habría asegurado a la gobernadora de Catamarca que el centro médico se encontraba funcionando sin ningún problema y que no hacía falta absolutamente nada. Sin embargo, la realidad es distinta y se oculta, con el fin de aparentar tener todo bajo control y llevar adelante una gestión sin sobresaltos.