Política

Aún no asumió el nuevo gobernador de Catamarca y la CGT ya le reclama cargos

Tras apoyar al gobernador electo en su campaña, los gremialistas esperan cobrarse este gesto y presionan por cumplir sus deseos.

Dos días pasaron de las elecciones generales y todavía los candidatos electos no asumieron sus cargos, que en Catamarca la CGT ya comenzó con los reclamos para el nuevo gobernador provincial, Raúl Jalil. Después de una infructuosa relación con la gobernadora Lucía Corpacci, el secretario general de la central obrera catamarqueña, Leonardo Burgos, aseguró que existe un preacuerdo con el jefe provincial electo, por medio del cual se le asignarán puestos de trabajo a los sindicalistas dentro de la administración pública.

“Con el candidato designado esperamos también, con el compañero Jalil, una perfecta y buena relación. Trabajamos desde lo político de manera conjunta”, expuso Burgos, para después señalar que su objetivo es el de “consolidar la satisfacción del movimiento obrero”. En esta línea, aseguró tener “preacuerdos con el tema de la representación en distintas áreas de trabajo” dentro del gobierno provincial.

“Al regreso de su viaje por temas de minería, nos reuniremos para ir terminando eso. Mañana tenemos reunión del consejo directivo de la CGT y trabajaremos diagramando nombres para distintos cargos”, añadió el secretario general de la central obrera. Según señaló, espera conseguir cargos para los gremialistas en la obra social de empleados públicos OSEP, el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV), el ente encargado de controlar los sorteos y quinielas, CAPRESCA; e Inspección Laboral.

De esta forma, desde la CGT se muestran ansiosos por ocupar estos cargos, tanto así que comienzan con su apriete incluso antes de que Jalil inicie oficialmente su gestión. Esto se da, sobre todo, después de que la gobernadora saliente, Corpacci, no cediera a sus exigencias y no les otorgara ninguno de los cargos que deseaban. Ante la oportunidad de cambiar su suerte, desde la central de trabajadores se muestran expectantes.

En su planteo parece no haber espacio para una negación, ya que remarcan, a modo de pase de factura, que ellos estuvieron desde el primer momento, apoyando la campaña electoral de Jalil, por lo que ahora que fue electo se cobrarían este gesto. Antes esto, los sindicalistas comenzaron a meter presión desde los medios de comunicación, asegurando que los cargos que desean son de ellos y que Jalil debería dárselos, ya que desde el inicio, el peronismo tuvo sindicalistas dentro del gobierno.

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