El origen de la lujosa camioneta, que está en estado de abandono, ploteada con un cartel que dice Ministerio de Salud, Presidencia de la Nación, es un misterio. No se entiende bien su procedencia, se estima que podría haber sido donada por la nación a la provincia, sin considerar que los repuestos y la carga de combustible no están dentro del presupuesto posible para la nación, y también se habla de que podría ser un vehículo secuestrado al narcotráfico, al que se le está dando utilidad institucional.
Cualquiera sea su origen, la camioneta no está cumpliendo su función. Mas bien, la camioneta esta abandona, inutilizada y parada en una playa de estacionamiento, perteneciente al Ministerio de Salud de la provincia, y no está colaborando en nada, a nadie. Lo curioso es que no haya una inteligencia atrás de este movimiento, y no se haya cambiado a este vehículo valuado en 2 millones de pesos en el mercado, por otros vehículos más idóneos que podrían servir más, o por ambulancias.
Hay que considerar que hay estudios realizados, accesibles en internet o que el sistema de salud podría investigar, sobre cuáles son los vehículos más útiles para determinadas tareas. La lógica indica que un vehículo de alta gama, que gasta demasiado combustible como esta Chrysler Dodge RAM 1500 4×4, no es el más propicio para andar por los barrios, ni por el interior de Catamarca.
Otra cuestión que no se tuvo en cuenta, es que la Policía de la provincia y el sistema de Salud, tienen problemas con el parque automotor. La Policía tiene un déficit de vehículos, y los pocos vehículos que tiene están en funcionamiento todo el tiempo, sin las verificaciones técnicas periódicas que corresponde y sin los arreglos y mantenimientos que necesitan, haciendo que anden hasta no poder más.
El caso de las ambulancias es también preocupante, hay ambulancias sin mantenimiento, sin cubiertas, otras que se rompen en el camino, algunas fundidas porque andan hasta que no paran y demás complicaciones que no permiten una correcta asistencia a los pacientes que lo necesitan. Una vez más, la incoherencia y el derroche son moneda corriente en Catamarca, y sigue sin esclarecerse el criterio de la Nación para enviar esos coches a las provincias. En conclusión, o no se le presta la atención necesaria a la parte vehicular y se toman decisiones apresuradas, o hay un negocio atrás de todo este misterio.