Política

El sincericidio de Corpacci: la confesión del enroque peronista

Antes de dejar su mandato, la gobernadora habló de más.

La gobernadora Corpacci dejó en evidencia, a través de sus palabras, lo que es la realidad política en Catamarca. Según lo que ella mismo dijo “Estamos felices, el equipo no se desarma, simplemente cambia de lugar. Vamos a seguir todos juntos trabajando porque Catamarca sea cada día un poquito mejor”. Esta frase es bastante desafortunada, y los arreglos del peronismo en el poder, también lo son,

Parte de la responsabilidad de este reacomodo de lugares de poder por parte del peronismo en Catamarca, la tiene la misma oposición, que se denota entregada, desdibujada e inexistente. Frente de todos, liderado por Corpacci y su sucesor Jalil, se da los lujos que desea, con cierta tolerancia social y de la justicia, que no reacciona, pues también está llena de arreglos peronistas.

La oposición y su poca competitividad electoral, le abrieron camino al peronismo para reacomodar a su equipo. Los que están en el poder simplemente rotaron de lugar, y la misma Corpacci lo admitió. Se cree que el mismo Raul Jalil acordó con Oscar Castillo los puestos que ocupará la oposición, para no tener “palos en la rueda” al momento de necesitar la mayoría en la legislatura, y acomodar a la constitución a su antojo.

Cambian para que nada cambie, funcionarios criticados reciben premios y se aseguran su estadía al mando. No hay movimiento, no hay oxigenación, pero sí hay muchos familiares y amigos en el poder. Un claro ejemplo es la propia familia de Corpacci, con su esposo, hijo e hijastro en el poder, y su propia nuera también, todos cobrando sueldos del estado. O será que los amigos y familiares del poder son poco emprendedores.

También, la gobernadora Corpacci, se aseguró cierto favoritismo en el peronismo a nivel nacional, pues resistió a la era Macri, y tiene en su poder los recursos catamarqueños como el litio y los yacimientos. Se estima que está considerada como funcionaria del propio Alberto Fernandez. En conclusión, la mesa es chica, poco convincente y redundante. La provincia de Catamarca en manos de unos pocos, que deciden todo el tiempo, en base a sus negocios, el destino de los catamarqueños.


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