Lejos de premiar la vocación y buena voluntad de la enfermera llamada Delia Perdiguera, que se hizo cargo de una situación difícil, y la solucionó, ahora pretenden sancionarla, excusándose por el mal desempeño de quienes deben sincronizar y ocuparse de que haya personal humano disponible en los hospitales. La enfermera bien podría haberse quedado en el hospital. Su obra está colmada de responsabilidad y buena fe.
Ante una emergencia, la Sra. Delia tomó la iniciativa de manejar una ambulancia, ya que no había choferes disponibles, y nadie le respondía el teléfono. El único chofer que estaba trabajando, estaba en otra emergencia, viajando hacia capital. Lejos de abandonar a sus pacientes, la enfermera salió a su rescate. Las autoridades ahora se encuentran expuestas, y ante esto, están buscando excusas y tratando de encontrar algún argumento que implique que la enfermera era la que estaba en falta, por haber tomado responsabilidades que no le correspondían.
Esto ocurrió en Andalgalá, en el hospital José Chain Herrera. La gente está elogiando la vocación de servicio y que la situación fue resuelta por la enfermera, y critica a las autoridades por no tener previsto el buen funcionamiento del hospital: el jefe de choferes José Vergara, el jefe de enfermería Ramón Chaile, la directora del Hospital área n9 Alejandra Castro, y la jefa de área programática Soledad Moreno Vázquez.
Por su parte, Jose Traverso, de ATE Salud, sostiene que así venían funcionando los hospitales, que es una herencia de la gestión anterior, y que Ramón Figueroa castellanos, ex ministro de salud, es el responsable de esto, mientras que Claudia Palladino, actual ministra, deberá resolver esta situación. “Cubren y tapan lo que pasa y no dicen la verdad, y actúan en forma autoritaria con el personal, esta es la realidad de la salud del interior. La Dra. Palladino deberá cambiar toda esta situación”.
Además, José Traverso aseguró lo que es evidente: que esto es un problema político. El avance en la comunidad depende también de tomar responsabilidades y no de hacer culpable a personas que no lo son, como es el caso de Delia. Es una oportunidad propicia para elogiar al servicio de la enfermera, y para resolver problemas sanitarios.
