Uno de los internos del Servicio Penitenciario de Catamarca murió “abandonado como un perro”, así dicen los familiares de Jorge Llampa. El hombre se descompuso por la noche, nadie lo asistió tras pedir ayuda a los gritos. Lo llevaron al hospital al otro día, cuando ya era demasiado tarde. Preguntan por los guardiacárceles, los enfermeros y la ambulancia. Llampa sufrió un ACV. Pedía la prisión domiciliaria por enfermedad y ahora la familia le apunta al director de la Cárcel, Daniel Romero, y a la Jueza, Alicia Cabanillas.
Trascendió que, como a las 3 AM, los internos pedían ayuda advirtiendo que Llampa no estaba bien de salud esa noche, pero no había nadie custodiando el pabellón. Por esta razón, la asistencia llegó recién a media mañana de ese día, ya cuando no había nada que hacer. Llampa era hipertenso y tenía problemas de tiroides y corazón, razón por la cual los familiares habían pedido la prisión domiciliaria que negó sistemáticamente la Dra. Cabanillas.
Internos abandonados a su suerte
¿Se abandonó al preso enfermo a su suerte? Llampa estaba condenado por abuso simple gravemente ultrajante. Por otro lado, llama la atención que no hubiera nadie que escuchara o socorriera al interno. En este caso fue por una cuestión de salud de un preso pero podría haber sido un incendio e incluso una fiesta con pastillas y alcohol y nadie parece registrar los hechos en tiempo real.
También, El Aconquija mostró el negocio de las pastillas (Clonozepam, Dormicum) que hay dentro de la cárcel. Evidentemente las pastillas ingresan por el propio personal del Servicio Penitenciario, como una suerte de jugoso sobresueldo. Hasta protección personal se paga adentro o se arreglan salidas para presos vip. Sin duda, el sistema carcelario adolece de deficiencias que no trascienden porque las autoridades las ocultan.
Sigue siendo un misterio lo que pasa adentro, tal como sucede también en las comisarías. Sin restarle importancia a la gravedad de los delitos, que por supuesto deben ser debidamente castigados, no se entiende la situación. La normativa reza que el objeto es tener cárceles sanas y limpias para reinserción social del preso, finalidad última del sistema carcelario. El problema es que salen peor de lo que entraron, o como en este caso, muertos.