Política

La intendente “supersticiosa” que esconde el sillón cuando viaja

El Sillón de Paulón.

Se trata de la intendente Roxana Paulón (Frente del Todos) primero no viajaba para no dejar el sillón, después cuando viajaba no dejaba la llave del municipio y ahora esconde el sillón para que nadie se siente, excepto ella. El recelo de la jefa comunal puede inscribirse en el egoísmo o tal vez en la superstición. Es raro, sería igualar la política a la mala suerte que representa cruzarse con un gato negro o pasar por debajo de una escalera.

Sucede en Fiambalá, una localidad con un extraordinario potencial natural y humano pero la intendente Paulón se preocupa por el sillón. En esta misma línea imaginamos que tiene más chances de ser escuchado un chamán que los asesores, técnicos y funcionarios que la rodean. La jefa comunal ya había sido noticia por viajar llevándose la llave de la municipalidad para que no pueda hacerse cargo la presidente del CD, Roxana Carrizo (Juntos por el Cambio).

Por lo general cundo se habla de corrupción o falta de transparencia en la municipalidad de Fiambalá, la intendente Paulón apela a la muletilla de que se trata de “violencia de género”, machismo o que no soportan que una mujer administre la comuna, al paso que vamos va a terminar diciendo que se le hicieron un “gualicho” por eso la gestión camina con dificultades desde que arrancó.

Hospital

Pualón es la misma jefa comunal que anunció con entusiasmo la apertura del Hospital Monovalente para aislar a las personas pero después lo cerró y luego lo volvió a abrir. Perdió de vista la importancia del espacio relacionado con el CV-19 y se dejó ganar por el humor cerrando el hospital porque la justicia había autorizado a una persona a hacer la cuarentena en su casa, sin embargo a los días lo volvió a ponerlo en funcionamiento. Todo por un “espíritu maligno”.

El caso es que con este pretexto Paulón no solo esconde el sillón sino también los números. Mientras que para Paulón, es una cuestión de brujería, hechicería, magia negra, ocultismo, cábala para nosotros ni siquiera es una cuestión de género sino que se trata de una funcionaria pública que maneja fondos públicos y que lo debe hacer con transparencia y eficacia, lo que no implica que no pueda tener un Ekeko fumando como amuleto en la oficina.

Por Juan Carlos Andrada
Especial para ElAconquija.com

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