Los gremios no quieren hablar más con el gobierno luego de que el ministro Jorge Moreno los tratara de “ignorantes” y de “lentos” para comprender. Cansados de no poder dar con la letra chica de la reforma laboral, los sindicalistas se preparan para la marcha del próximo miércoles 17 de mayo. Y tiene lógica, si el funcionario de Jalil cree que a los gremialistas no tiene capacidad para comprender. ¿Para qué van a ir a otra reunión con el Gobierno?
De manera que quedaron los funcionarios letrados, los doctos, los instruidos, los eruditos, los rápidos de un lado, mientras que del otro lado quedaron los sindicalistas ignorantes, los lerdos, los indoctos, los iletrados, poco más y Moreno los trata de analfabetos a los referentes de los gremios locales a quienes responsabiliza de perjudicar a los trabajadores por entender lo contario a la intención de Jalil: ampliar los derechos y no reducirlos.
Esta actitud soberbia de Moreno vino a perjudicar la relación con los gremios en un momento tenso y con gente en la calle. El ministro político en lugar de contener y bajar la espuma del conflicto le echó más leña al fuego profundizando las diferencias con el Gobierno. En este sentido o Moreno pide disculpas por el exabrupto o Jalil cambia de interlocutor antes que las cosas empeoren. El exceso en las expresiones de Moreno es para echarlo del Gobierno.
Llama la atención que un hombre que vivió toda su vida de la política puesto en ese cargo por tener supuestamente la “cintura” para contener los problemas se le salte la chaveta justo con un tema tan sensible como la reforma. Pero además, las reuniones fueron muy light, no se entregó documentación, se la explicó de manera muy laxa diciendo una cosa en las reuniones con los gremios, otra en la prensa y finalmente otra la que figura en el borrador.
Ante este panorama, los gremios decidieron pegar el faltazo al llamado del Gobierno. Para Ricardo Arévalo, de ATE ,“ya no se cree en la palabra”, es decir es un problema de “confianza”, y para Walter Arévalo, del SOEM, la reforma es un “monstruito” porque no se sabe qué esperar o el daño que puede hacer. A esta altura, el Gobierno ya no busca consensuar con los gremios sino doblegarlos. Hurgan en la legalidad de los participantes para comenzar por los que están “flojitos de papeles”.