Política

La “obsesión” por Japón arruina casi todas las reuniones oficiales del Gobernador

La obsesión de Jalil queda al descubierto en sus insistentes Tweets sobre el país oriental.

La obsesión de Jalil con Jalil queda al descubierto en sus insistentes Tweets.

El gobernador Raúl Jalil tiene serios problemas de comunicación con los gremios así que la reforma laboral saldrá por forcé, a presión, sin consensos. Las reuniones fueron un fracaso porque el Gobierno nunca redondeaba las ideas y las cosas se decían a medias. Como si fuera poco, son continuas las referencias a Japón por parte del Gobernador, sin que en la mayoría de los casos tenga algo que ver con el tema. La obsesión por la cultura japonesa, arruina todas las reuniones.

Recordemos que se cortó el diálogo entre el Gobierno y los gremios que rechazan la reforma. El oficialismo asegura que los sindicalistas son lentos y no entienden pero las autoridades del Ejecutivo tienen serios problemas con el hilo de la conversación. Si empezamos hablando de la reforma y terminamos en Japón sin que se aborde lo sustancial de la reunión, el Gobierno no estaría en condiciones de lanzar ninguna acusación a los gremialistas.

De manera que la falta de entendimiento entre la administración Jalil y los sindicalistas es de “forma” y de “fondo”. Estarían todos de acuerdo en que hace falta una reforma pero la manera y los tiempos no convencen o ha sido el obstáculo. No es lo mismo abrir un espacio de debate, garantizando la participación, con la documentación en la mano -incluida la letra chica- que llevarlos como vacas al matadero.

El problema según los gremialistas es que se perdió la “confianza” porque además los “costos a futuro” de los derechos perdidos, el trabajador se los facturará a los dirigentes gremiales. A los empujones no saldrá nada bueno. De hecho, aun sabiendo muy poco de la cultura japonesa, no se la reconoce en el mundo como violenta sino disciplinada, respetuosos de las leyes y de las personas, en particular de los mayores.

Cuentos Chinos

El punto aquí es que, mientras Jalil te distrae con el “cuento chino” o los “jardines japoneses” te manda el mensajero con el proyecto bajo el brazo a dejarlo en la Legislatura para que los diputados y senadores que ahora también hablan mandarín lo aprueben tomando una tacita de té. Los orientales tienen un dicho: copia y luego supera lo copiado. Como estamos en Catamarca-Argentina, lo más seguro es que copiemos mal y que, por esto mismo, jamás logremos superarnos.

Exit mobile version