Política

¡El barbijo Mera! El Senador entrega máscaras pero no las sabe usar

Dalmacio Mera hace unos días había insinuado que Catamarca debía ser la “capital del barbijo”.

El senador y su foto en Instagram "ayudando".

CATAMARCA.- (Por Juan Carlos Andrada) Va pasar la pandemia y no vamos a aprender a usar bien el barbijo. Contradicciones en la única provincia sin Coronavirus atribuible solo a un milagro de la Virgen del Valle si consideramos que incluso el senador nacional, Dalmacio Mera, tiene mal puesto el barbijo, el mismo dirigente peronista que hace unos días había insinuado que Catamarca debía ser la “capital del barbijo”. Puede ser, la “capital del barbijo mal puesto”.

“Seguimos trabajando en la entrega de las máscaras solidarias. Estuvimos en el Hogar de Adultos Mayores Fray Mamerto Esquiú con Bettina Pandolfi, junto a Sergio Oyola y Jorge Fernando Rocco”, escribió en su cuenta de Instagram el senador Mera sin recabar que el único pequeño detalle del posteo era que su barbijo estaba mal puesto, por debajo de la nariz. Tal vez solamente la foto le ganó a la intención de prevenir y cuidar a los abuelos.

Es que el barbijo elemento clave en la pelea sanitaria contra el CV-19, mal puesto, en un hogar de ancianos (grupo de riesgo), torna peligrosa la donación para los abuelos. Sin embargo, el discurso político, que siempre es para la tribuna, se debe rematar con buenas intenciones en las redes sociales: “Comenzó el invierno más que nunca trabajaremos juntos para cuidar a nuestros adultos mayores y cuidarnos entre nosotros”, concluyó Mera.

Para lo que seguimos las noticias porque somos adictos a la información seguro recordarán que Pandolfi y los secretarios que la rodean en Adultos Mayores no tienen fama de cuidar a los abuelos. Por caso en el Hogar de Ancianos de Tinogasta, las cucarachas no solo andan dentro de la heladera sino en la cabeza y cuerpo de los abuelos ¿se acuerdan? De manera que, la foto con el barbijo mal puesto no ayuda, pero la foto con Pandolfi, menos.

Cuidar el Caso Cero

No se puede ir a entregar barbijos y no colocárselo bien. No podemos ser la capital del barbijo si los funcionarios lo llevan en la garganta, en la muñeca o el bolsillo. Si los comerciantes no lo exigen por miedo a perder el cliente, si los legisladores están más pendiente de la foto que de cuidar el Caso Cero, si ningún figureti advierte que subir estas fotos en las redes sociales es una autoincriminación que recuerda a otros atentados que sufrieron los pobres abuelos.

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