Política

De cadete del PJ y estudiante crónico a portavoz de la reforma judicial en Catamarca

Augusto Barros es el vocero de la nueva reforma judicial.

La nueva reforma para meter otros dos jueces por la ventana para que integren la Corte de Justicia tiene cosas insólitas. Por ejemplo, el que lleva la voz cantante y sonante fue cadete del Partido Justicialista toda la vida, un estudiante crónico de Abogacía. Nunca ejerció la profesión, se recibió y se metió de diputado. Con poca experiencia y sin conocer los pasillos judiciales, este señor es el portavoz impetuoso de este atropello histórico a las instituciones.

Mucha gente no entiende el juego final. Recordemos que al principio eran tres jueces, José Cáceres, Amelia Sesto de Leiva y Raúl Cippitelli (ex ministro de Brizuela del Moral). Con la última reforma llevaron los integrantes de la Corte de 3 a 5, por eso ingresaron Vilma Molina (hermana de Isauro Molina) y Figueroa Vicario (ex funcionario de Corpacci y ex diputado de la Renovación Peronista). Pero la peronización de la justicia –con cualquier excusa- requiere de más esfuerzos.

Ahora el oficialismo quiere introducir dos jueces más llevando de 5 a 7 la Corte. Es decir tener 4 nombres puestos por el Gobierno y revalidados por la escribanía en la que han convertido la Legislatura (para contrarrestar los 3 que no pueden controlar). Pero además, un día finalmente se irán los jueces Sesto de Leiva y “Pepe” Cáceres que ya están jubilados y entonces ahí el peronismo podrá meter otros 2 jueces más, tendiendo 6 de 7 que ambiciona en su plan “impunidad total”.

Aunque hasta ahí ya hubieran tenido la Justicia que Jalil y Corpacci quieren, pensando en un futuro no muy lejano, sigamos soñando. Si Chippitelli queda solo ante semejante mayoría en la Corte, cansado de estar “pintado” seguro no verá la hora de jubilarse, por lo que el oficialismo ya podrá tener 7 de los 7 que le encantaría tener. Tiene tiempo. El peronismo se imagina en el gobierno durante muchos años atento a que parte de la oposición es cómplice y la otra no existe.

Lo peor de todo es que se argumenta lo mismo que en la anterior sacha reforma de la justicia que se impulsó en la era Corpacci. Nada mejoró, al contario empeoró. Aumentó la burocracia y por consiguiente el servicio viene en caída libre, el vecino la padece y tiene muy mala imagen de la justicia. Le embestida del peronismo catamarqueño ya tiene ribetes de escándalo nacional. Semejante aberración política- judicial requería de un vocero de esa estatura.

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