Política

La Sevillanita, Diemar y la historia arbitraria detrás del coronavirus en Catamarca

El Gobierno ha fomentado una injusta campaña en contra de La Sevillanita.

Hasta ahora, ninguna empresa de transporte tuvo tanta repercusión por casos positivos como ha sucedido con La Sevillanita. Aunque a sus empleados no se les hizo el segundo testeo, ya volvieron a trabajar normalmente. No obstante, se dio gran publicidad al tema. Por otro lado el primer caso de coronavirus en Catamarca también fue de un camionero pero se ahondó poco en la empresa a la que pertenecía el transportista, según dicen, una firma con muy buenos vínculos con el gobierno. De hecho, la ministra de Salud salió a hablar maravillas del caminero y no era así.

La competencia de La Sevillanita es Diemar. Lo que no se entiende es la publicidad para masacrar a la primera, encima no se procedió al segundo testeo ni se conocieron derivaciones de contagio. Las acciones oficiales son confusas para un virus difícil con un “periodo ventana” cuya vacuna aún no existe. Mientras que en el primero caso de covid-19 se evitó a toda costa mencionar a la empresa a la que pertenecía el transportista y se elogió inmerecidamente al camionero. 

Fue la ministra de Salud de Catamarca la que  contó una historia que nada tenía que ver con la realidad. Supuestamente la actitud preventiva del camionero de la empresa “x” había sido poco vista en la historia de la pandemia. Era al revés, el caminero de la firma que jamás mencionó la titular de Salud había sido un irresponsable, acto que derivó en otros casos de coronavirus. Como sea, a Palladino la equivocaron o se equivocó fiero. 

Las empresas aseguran que toman todos los recaudos y que les proporcionan los elementos de protección a los trabajadores del volante y que son los camioneros quienes, teniendo todo, no se acostumbran a cuidarse y cuidar a los demás. Las firmas les proporcionan los elementos para prevenir el COVID-19 pero los transportistas no los usan. Aunque vino en camiones, por esa pequeña veta se coló el virus en Catamarca.  

 Los funcionarios no miden con la misma vara. Reaccionan de acuerdo a si son amigos o enemigos del gobierno, condenan hechos violentos que suceden en otras provincias o por ejemplo si los comete la oposición en Catamarca pero si los mismos tienen como protagonistas a los “compañeros” o amigotes, miran para otro lado. De manera que el trato diferencial o discriminatorio es una práctica ideológica habitual del oficialismo, es inútil esperar eficiencia, justicia.

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