Política

Los Altos: 200 sueldos para tucumanos ñoquis pagados por el municipio

Barot lo recuperaría para redistribuirlo en Los Altos.

Los Altos

El precandidato a intendente Raúl Barot estaría dispuesto a ponerle un punto final a 200 sueldos pagados a tucumanos por parte del municipio catamarqueño de Los Altos. Se trata de dinero público que sale de la comuna pero que no implica contraprestación laboral y que hace falta para alteños sin laburo o para familias aisladas por Coronavirus. Son viejos compromisos del intendente Rafael Olveira que va por la rere-relección.


Barot fue tajante en una reunión realizada con vecinos cuando fue consultado por la situación de ciudadanos de la vecina provincia de Tucumán que cobrarían en el municipio que administra Olveira. Para el senador ese dinero debe reinvertirse en los Altos porque la localidad catamarqueña atraviesa por momentos muy estresantes debido a la emergencia sanitaria y económica. De ser así, confirmó que lo recuperará para distribuirlo en Los Altos.


Mientras cientos de pedidos rebotan supuestamente por falta de presupuesto municipal, por el otro lado se mantiene gente en calidad de “ñoqui” porque nuestros vecinos ya le encontraron la debilidad al jefe comunal. Sin esos votos, el feudo de Olveira ya se habría cortado hace rato. Hoy el elector es utilitario. Con el sacrificio que hacen estos tucumanos por no laburar; deben estar pensando que le está saliendo “barato” al intendente considerando lo que está en juego.

El sistema está desvirtuado. Estos ñoquis que pagan todos los alteños, son compromisos de campañas pasadas del jefe comunal. Rafael los tienen de rehén pero a la vez el propio intendente es prisionero de estas personas. Los electores suelen sondear el “mercado” en época de campaña y son insaciables. Es una relación de aprovechamiento y extorción mutua donde hasta Rafael puede ser entendido como víctima. Pobre intendente!.


“Cuando uno dice una mentira no sabe la empresa que emprende, hay que decir otras 1000 para justificar la primera”, expresa un sabio refrán. Los tucumanos ñoquis tienen razón cuando insinúan que el intendente es una suerte de socio en el delito y que ya no se puede despegar. Reconocen -o al menos intuyen- que la “credibilidad” es el aspecto mayor cotizado en elecciones. Si la gente entendió que el intendente es un mentiroso, la rere-reelección de Rafael ya se cayó antes de la contienda electoral. Las PASO es crónica de una muerte anunciada.

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