Tucumán

Los limones y las lluvias

Las lluvias complican las tareas para el campo.

Las lluvias complican las tareas para el campo.

Tucumán tiene el primer puesto en producción de limones en una estadística mundial. La provincia participa en un 22 % del fruto a lo largo y ancho del planeta, según un informe realizado por el Instituto de Desarrollo Productivo (IDEP). La publicación recibió el nombre de “El Limón en Tucumán, Argentina y el mundo”, demostrando la verdadera importancia de la segunda actividad agropecuaria más grande de la provincia.


A lo largo del territorio nacional el fruto representa aproximadamente 2 millones de toneladas, el 50 % de los que se producen dentro del país, y el 30 % en cuanto a la producción frutícola. El crecimiento promedio desde 1980 se estima en un 5 % anual hasta el 2012. Desde ese momento la industria procesó un 75 %, la exportación de fruta seca representó un 21 % y el mercado interno de fruta fresca solo significó el 5 %, por lo que indica que Tucumán domina el mercado y determina la tendencia de la producción de la Argentina.


“Las lluvias están afectando fundamentalmente a dos sectores, primero al limón, porque esta es la oportunidad en que estamos cosechando con destino a los Estados Unidos. Tiene que tener una serie de características, fundamentalmente de color, con lo cual el paso de tiempo acorta la ventana en que podemos exportar hacia este destino”, dijo Luis Fernández, ministro de desarrollo productivo.


Teniendo en cuenta lo que representa la producción del limón para el país y para la provincia en un contexto tan preocupante, las lluvias son las que dan una preocupación extra a la hora de pensar en el retraso que significa que los suelos no estén en condiciones para poder recibir a las maquinarias pesadas, que, según Fernández, se necesitan para realizar los trabajos sobre los cítricos.


Las ventas se realizarán en mediados de mayo, según el ministro, que finalizó diciendo que “estas lluvias son de carácter excepcional, con alta pluviometría en muy corto plazo de tiempo, lo que transforma los caminos en desagües y allí vienen los deterioros inmediatos”.

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