En medio de la crisis económica que golpea a todos los sectores, un total de 1.365 panaderías cerraron en todo el país, en lo que va del año. A su vez, se perdieron 80.000 puestos de trabajo. Durante la semana, la industria panadera tuvieron una cumbre en la provincia de Tucumán, para analizar la coyuntura y posibles salidas de la crisis que golpea profundamente al sector.
En diálogo con el diario El Intransigente, el presidente de la Federación Panaderil Bonaerense, Emilio Majori, comentó que, cuando empezó todo este desequilibrio económico y social, «las panaderías formales cierran porque no pueden afrontar los gastos que tienen». Las panaderías deben hacer frente al «aumento de alquileres, de tarifas de luz, de gas y de agua, más aumentos de insumos, como la harina».
En ese sentido, Majori denunció en Página 12 que los molinos harineros enviaban a las panaderías las boletas dolarizadas. «Los precios tienen que volver a ser fijos según el plazo de pago, contado, cinco, diez días o como convenga», expresaba Emilio Majori. «Un molino nos envió una boleta con una leyenda que dice que al momento de abonar se debe hacer con el tipo de cambio de ese momento», acusaba en ese diario, Martín Leiras, secretario del Centro de Panaderos de Lanús.
La Federación Argentina de Industrias de Pan (Faipa) solicitó que el Gobierno Nacional realice una moratoria amplia de impuestos, así «la situación de las panaderías no empeore». La Faipa denunció que existe «un avance importante de la informalidad». Esta situación «complica aún más el volumen de ventas, que cayó un 40% en lo que va del año».
«Se tienen que pesificar las tarifas y desenganchar el precio del pan del valor internacional de las materias primas», señaló a BAE Negocios el presidente de la Asociación de Industriales Panaderos y Afines de Rosario, Gerardo Di Cosco. Ante esta situación, Di Cosco expresan que el actual gobierno no les dio una respuesta.
«Estos tres años y medio hemos sufrido una barbaridad», lamentó Miguel Ángel Di Betta, presidente de la Faipa. «Ahora se está viendo el hambre, la pobreza que hay», advirtió Di Betta. «Se ve lo difícil que es poder llevar un producto de primera necesidad a la mesa de los argentinos», agregó el presidente de la Federación Argentina de Industrias de Pan.
Sobre la cumbre en Tucumán, Pablo Albertus, presidente del Centro de Industriales Panaderos de Tucumán, expresó que «el Gobernador Juan Manzur ha tenido el gesto de recibirnos e interiorizarse de nuestra situación». En ese sentido, el empresario propuso impulsar un proyecto de emergencia económica del sector. Este contemplaría la creación de un registro de panaderos de toda la Argentina. De esta manera, «todos trabajan en la misma línea y el golpe a la industria no sea tan fuerte».