Con el inicio de su nueva administración provincial, el gobernador electo en Catamarca, Raúl Jalil, ya adelantó cuáles serán las prioridades de su gestión. Con una posición especial se encuentra el estadio elefante blanco, el cual el líder provincial quiere reconstruir y poner en funcionamiento después de ocho años de abandono. Se trata de la construcción convertida en monumento a la corrupción.
La construcción del emblemático estadio tuvo lugar durante el gobierno pasado y fue terminado para este. Sin embargo, a poco tiempo de ser inaugurado se comenzaron a detectar fallas y el sector de las tribunas comenzó a hundirse debido a las condiciones del terreno. A raíz de esto, el estadio fue abandonado. Lejos de cumplir con las promesas de partidos de fútbol y espectáculos musicales, quedó en desuso antes de poder se usado.
Debido a esto y sospechando de la familia de Fernando Capdevilla, quienes llevaron adelante la construcción, el caso del Elefante blanco fue judicializado para decidir de quien fue la responsabilidad de las fallas del estadio, que significó una inversión millonaria. En esta instancia fueron consultados especialistas en el tema de la Universidad Nacional de Tucumán, quienes detectaron las fallas del terreno.
Ahora, el gobernador electo Jalil tiene como propósito poner en funcionamiento el estadio, arreglando las fallas que no fueron tratadas durante la gestión de Lucía Corpacci. De hecho, ya consultó con expertos internacionales para adecuar el terreno, rellenadolo con una sustancia especial que le otorga la solidez necesaria para mantener una construcción de tales dimensiones y evitar que continúe el hundimiento.
Con el apoyo de la comunidad, a Jalil parece no importarle el hecho de que se encuentre abierta una causa en torno al estadio y las condiciones de su construcción. Al contrario, su objetivo único es ponerlo en funcionamiento para que beneficie a Catamarca, tal y como se había planeado desde un principio. Mientras tanto, provincias vecinas avanzan con proyectos similares que incluso podría dejar detrás al estadio catamarqueño. Sin embargo, la historia de inversión millonaria y corrupción todavía sigue abierta a la espera de la resolución de la justicia.
