La inseguridad es uno de los problemas que más preocupa a los ciudadanos de Catamarca. La policía de la provincia posee en su haber bastantes irregularidades en su accionar y crece la desconfianza para con las autoridades policiales. Quien sea que denunciara hechos de corrupción policial era apartado de su trabajo mediante la creación y apertura de sumarios.
En notas anteriores, hicimos mención a la existencia de una premeditación a la inversa. Esto quiere decir que las autoridades premiaban a quienes hacían las cosas mal y castigaban a quienes las hacían bien. Existe el caso del comisario Agustín Robledo apartado de su cargo, teniendo un expediente impecable, por haberse solidarizado con su mujer (comisaria también), quien denunció el pago de combustibles y seguros para vehículos que no funcionaban.
A raíz de esto, también podemos contar el censo político que se vio obligada a hacer la policía. Cuando este hecho se dio a conocer, la situación se paralizó y quien pagó el precio fue el comisario Marco Felix Salazar que, a modo de castigo, fue trasladado. Lo curioso es que al poco tiempo volvió y fue acomodado en un cargo de jerarquía superior, ¿se hizo cargo de la responsabilidad para salvar a algún mayor y fue premiado de esta forma?
La imagen de la policía en Catamarca está muy deteriorada. En el dia de ayer, en jefatura de policia de presentaron las nuevas autoridades del comando de la institucion: “El Jefe de Policía saliente, Crio. Gral. Lic. Orlando Antonio Quevedo, quien ocupará el cargo de Secretario de Seguridad, presentó al flamante Jefe General de Policía, Crio. Gral. Daniel Avelino Caliva, que se venía desempeñando como Jefe del Departamento Personal, y al nuevo Subjefe de Policía, Crio. Gral. Mario Esteban Romero, quien ocupaba el cargo de Jefe de la Unidad Regional N° 1.”
Estamos frente a un cambio de formas, pero no a un cambio en el fondo de la problemática. Un cambio de apariencia no significa que la situación mejore. Es en esto en donde el gobernador Jalil debe poner su mayor esfuerzo o esperar el fracaso contundente.