Durante un encuentro de la Comisión Bilateral de Producción y Comercio, Argentina y Brasil llegaron a un acuerdo para avanzar en una convergencia regulatoria que acelere e incentive el comercio bilateral y dentro del Mercosur, en el marco de la buena sintonía que existe entre los presidentes Mauricio Macri y Jair Bolsonaro.
«Ambos países resaltaron la importancia de la convergencia regulatoria en el comercio bilateral y regional, con el fin de eliminar los obstáculos y reducir los costos de las operaciones comerciales», dio a conocer el Ministerio de Producción y Trabajo de la Argentina a través de un comunicado oficial.
«Durante la reunión los funcionarios avanzaron en la agenda comercial bilateral con foco en facilitar el comercio y convergencia regulatoria, instruyendo a sus equipos técnicos a trabajar en una propuesta de hoja de ruta a ser elevada a los ministros. Y también se analizaron temas de acceso a mercados, defensa comercial, la agenda compartida con el Mercosur y las negociaciones comerciales externas del bloque», describía la misiva.
Por otro lado, hace unas horas difundimos las fuertes palabras que le dedicó Luiz Lula da Silva, expresidente de Brasil y quien está en prisión desde abril del 2018, a Bolsonaro, a quien no dudó en calificar de «enfermo». Además, lo criticó por sus políticas armamentistas, según se pudo apreciar en una entrevista que le dio a la cadena de noticias inglesa, la BBC.
«Bolsonaro es un enfermo que cree que el problema de Brasil se resuelve con armas. El problema de Brasil se resuelve con libros y con escuelas», dijo el carismático líder de la izquierda del país vecino, quien cumple una pena de ocho años y 10 meses de cárcel ya que está acusado de corrupción.
Las fuertes palabras de Lula llegan tras una semana marcada por un nuevo decreto rubricado por Bolsonaro que les otorga el derecho a camioneros, abogados, políticos y otros gremios a ser portadores de un arma de fuego. Igualmente, el dictamen enfrenta cuestionamientos en el seno de la Justicia que podrían dejarlo sin efecto por considerarlo inconstitucional y promotor de más violencia.
«Espero que Bolsonaro aprenda por el bien de Brasil a guiar al país. Él corre atrás del hijo para apagar un incendio por día. No sé cómo funciona la familia, no voy a especular, pero lo que se presenta públicamente está fuera de control», detalló quien fuera el jefe de Estado brasileño entre el 1° de enero del 2003 y el 1° de enero de 2011.