En esta oportunidad, Mariana Romero, una periodista, trabajadora de prensa de América TV y de Radio Nacional, ferviente avocada al caso Lebbos, escribió un hilo en twitter denunciando una situación bastante particular: Desapareció droga, dos kilos de cocaína, que había sido secuestrada en 2017. Según la periodista, la droga desapareció de Tribunales, de adentro de la oficina de un fiscal federal.
Este hilo comienza efusivo. En su primer tweet, Mariana afirma: Atención porque esta noticia es una bomba para la justicia federal de Tucumán: Desapareció droga, dos kilos de cocaína que habían sido secuestradas en 2017. ¿Saben de dónde? DE ADENTRO DE TRIBUNALES. Concretamente, de adentro de la oficina de un fiscal federal. Continúa detallando la historia de la siguiente manera: La cosa es así. En el año 2017 se secuestraron 6 kilos de cocaína en una causa que no tiene (hasta donde pude chequear) preso ni imputado. La droga estaba en 6 panes de 1 kilo cada uno.
Para proseguir con su relato, Mariana utiliza una cadena de tweets en la que menciona: Se guardó en la oficina del fiscal federal II, Pablo Camuña. Pero… no fue a parar a la caja fuerte, sino a un armario en la oficina. ACLARO Y RECTIFICO: LA OFICINA DE LA FISCALÍA, NO LA DEL FISCAL. En noviembre del año pasado, en una revisión, una empleada encontró el secuestro. Tenía que haber 6 panes de 1 kilo cada uno. Había 4. De inmediato, el fiscal Camila puso en conocimiento de la situación al otro fiscal federal, que estaba de turno, Carlos Brito, quien abrió una causa judicial para determinar qué pasó con la droga, quién se la robó. Desde entonces, la propia justicia federal está tratando de dilucidar como fue que se robaron tanta cantidad de droga de adentro de la oficina de un fiscal. Deberá determinar quiénes tienen acceso a esa oficina, quienes tienen llaves y, sobre todo, cuándo y cómo fue (mientras escribo esto me dan otra versión: la droga sí desapareció y de adentro de tribunales; pero no de adentro de la oficina de Camuña. Tengo dos fuentes contra una -y una muy buena- pero, nobleza obliga, esta contradicción acaba de aparecer).
Prosigue: Historia aparte fue la de investigar periodísticamente lo que ocurrió. Tucumán es una provincia sin ley de acceso a la información pública y entrar a Tribunales Federales a chequear datos es como entrar a un castillo medieval. Chequear esto fue una tarea que llevó un mes, pero finalmente se pudo. Sin embargo, nuestra justicia en general sigue siendo bastante reacia a la hora de rendir cuentas sobre cuestiones que son de interés público. De hecho, nadie quiso todavía dar declaraciones en cámara. Es esta misma Justicia la que deberá investigar ahora una de las posibilidades más lógicas: que, si desaparece droga de un lugar al que no entra público, en uno de los edificios más custodiados de la provincia, posiblemente el ladrón (el narco) esté adentro del Poder Judicial. Les cuento que el año pasado ya hubo problemas de diferencia de cantidad de droga, pero era cuestión de gramos y los presuntos faltantes ocurrían, en principio, fuera de tribunales. Se esbozaron mil explicaciones… que la marihuana a veces se seca y pesa menos, que las balanzas de precisión en el lugar de los secuestros capaz que no eran tan precisas. Pero este caso es diferente.
El relato termina contundentemente: La droga entro a tribunales, allí se guardó y de allí desapareció, fueron las últimas palabras de Mariana. Ahora resta ver como se desencadena esta denuncia y si es que la justicia obra de acuerdo con las leyes y no a sus intereses personales. Todo parece indicar que Mariana tiene pruebas y sabe de lo que habla.