La crisis en el país vecino no tiene fin, este martes Evo Morales viajó a México, quien le brindó asilo político. Esto produjo que la presidencia de Bolivia quedara sin nadie a cargo, y con una difícil situación sucesoria. Jeanine Añez, ya había advertido que quería agarrar los mandos de la nación. Ayer en una sesión con poca asistencia, se promulgó como Presidente.
La jornada del día martes fue muy confusa para el pueblo boliviano. Jeanine Áñez Chavez advirtió desde el momento de la renuncia de Morales, que tomaría el cargo de Presidente. Para ello debía tener la aprobación del Congreso, pero ayer eso no pasó. Los legisladores del partido del ex Presidente no concurrieron, y en la cámara no hubo quórum.
Los distintos medios del vecino país advirtieron que si no estaban estos legisladores, no se podía sesionar. Áñez hizo caso omiso a esta parte de la constitución e igual se promulgó, junto a un dirigentes cercanos. Para ello, mencionó varios artículos de la Constitución y de los reglamentos parlamentarios que legitimaria su asunción.
La referente de la Unidad Demócrata declaró: “Asumo de inmediato la presidencia del Estado y prometo tomar las medidas para pacificar el país. Morales y García Linera abandonaron el territorio y se tuvo que activar la sucesión para resguardar la vida, la integridad física de todos los bolivianos y garantizar el orden público”.
Esta asunción se dio por la presión que ejercieron algunos gremios, quienes amenazaron con parar la producción por tiempo indefinido. Por su parte, las protestas y enfrentamientos entre ciudadanos no paran, y se asevera más la grieta entre la gente más pobre y los de clase más alta. Desde el partido de Evo Morales avisaron que no reconocían a la Presidenta.