El gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, expresó que empleados legislativos podrían pasar a la Policía y al ministerio de Salud. Esto despertó cierta inquietud en los trabajadores del Poder Legislativo. Jalil recordó que puede hacerlo por decreto antes del 1 de mayo, fecha en la queda inaugurado el periodo de sesiones ordinarias. En esta crisis sanitaria, según lo planteó Jalil, sobran empleados legislativos y faltan policías y personal sanitario.
Jalil sostuvo que el coronavirus puede servir para reformar al Estado y a las costumbres y que la administración pública está desequilibrada. Marcó una superpoblación de empleados en la Legislatura provincial y una faltante de personal en las fuerzas policiales, e incluso en Salud. La idea de pasar empleados de un Poder a otro fue planteada por el gobernador, en la campaña policía de 2019 y ahora fue reflotado por la emergencia sanitaria que vive el país.
Para la oposición, y para algunos gremialistas, se trata de un grave avasallamiento institucional sin consentimiento de las fuerzas políticas. También un avasallamiento a los mismos empleados que no quieren saber nada con cambiar de trabajo. Se requiere cierta vocación de servicio ya que las tareas son radicalmente distintas, y los horarios y vida cotidiana podrían modificarse trastocando casi en su totalidad la vida personal y familiar.
Jalil insiste en que no necesariamente la propuesta tiene que ir primero a la Legislatura catamarqueña, ni necesita reuniones previas. Busca consentimiento con el sector opositor o entre los empleados, debido a que la iniciativa puede salir por decreto antes del primero de mayo. En esa fecha quedan inauguradas las sesiones ordinarias y se habilita formalmente el tratamiento legislativo de los proyectos.
Idea anterior, problemas nuevos
Cabe mencionar que esta idea ya intentó ponerse en práctica y tuvo poca adhesión. Hubo una suerte de invitación que no prendió entre los empleados y fue un fracaso como propuesta política, cuando Jalil comandaba el municipio de la capital de Catamarca. Por las actuales circunstancias, el COVID-19 reactivó esta propuesta que es una necesidad que justificaría sacarla por la fuerza. Asimismo, dijo que el problema de vocación se salvaría “preparando y formando” al personal.
Juan Carlos Andrada