Pasaron meses de tormento para Alejandra Quiroga. La joven tuvo un accidente y terminó con una pierna infectada tras una operación en Catamarca, que implicó una denuncia por mala praxis en la justicia. Le dijeron que le tenían que amputar la pierna pero en Córdoba le postergaron al turno así que advirtió que “ya no tenía ganas de vivir” lo que llevó a El Aconquija a publicar la historia. Esta semana fue operada con éxito en La Rioja.
Qué distintas pueden ser las cosas si uno da con las personas correctas. Al borde de las fuerzas, cuando ya parecía que no había esperanza, sin recursos ni para comer, apareció la solidaridad y la realidad dio un giro completo. Gracias familia Almendra- Ramírez de Tinogasta y al Dr, Celín Quintar de Fiambalá, se pudo dar con el médico Iván Ruiz de La Rioja donde esta semana se operó exitosamente a la mujer.
Tal como lo reflejó El Aconquija, Alejandra estaba en una situación muy vulnerable, la amputación era inminente e incluso aseguró que se quitaría la vida si no conseguía alguna ayuda. El testimonio desgarrador implicó el abandono del sistema sanitario público en momentos en que el Ministerio de Salud estaba en manos de Ramón Figueroa Castellanos (hoy legislador) y Claudia Palladino (actualmente titular de la cartera sanitaria).
Ayer también contamos que un hombre de apellido Giménez perdió su dedo meñique y tenía comprometido otro porque lo atacó un perro pero la atención se demoró porque no había ambulancia, la unidad que dejaron en San Martín es obsoleta y no llega a destino con el paciente, se queda a mitad de camino así que hubo que esperar 2 horas por una ambulancia desde Chumbicha.
¿Las autoridades no deberían responder ante la justicia?
Hay que reflexionar, no puede ser tanta la diferencia de atención y el resultado de un caso médico al punto de conservar la pierna o perderla, si uno tiene plata o no, si está en Catamarca, Córdoba o La Rioja, si te toca un médico convocación o un comerciante de la salud. Sin la solidaridad de la gente y el compromiso profesional de estos médicos, Alejandra estaría desbastada. Gracias a Dios, hoy podemos contarles un final feliz.
Juan Carlos Andrada.