Hay personas que no pueden alimentarse por vía oral y requieren sonda nasogástrica. En general, son abuelos que han perdido capacidades motoras o neuronales, o niños que nacieron con dificultades. La intervención realizada mejorará la vida de estos pacientes, sobre todo de los últimos que tienen mayor capacidad de recuperación. Se trata de una gastrostomía endoscópica percutánea. Se la realizó a un niño recientemente, por primera vez en Tucumán y con éxito, en el hospital Avellaneda. El menor ya recupera exitosamente.
La doctora Alba Pieroni, directora de la institución, detalló: “Hablamos de un paciente crónico con patología de base, a quien se le realizó un procedimiento que permite su alimentación evitando el uso de sonda nasogástrica. Cuando ya lleva mucho tiempo de uso, genera muchas complicaciones no tan sólo respiratorias, sino también molestias para la familia en cuanto al mantenimiento de esta sonda. Por lo tanto con la gastrostomía facilita indudablemente la alimentación del niño y brinda mayor comodidad a la familia”.
El niño operado se llama Gael, tiene 2 años y lleva la mitad de su vida internado. Sobre su historial médico, el doctor Tomás Fiori, jefe del Servicio Crítico Integral Pediátrico, cuenta que: “Tiene como diagnóstico un síndrome genético en estudio, un deterioro neurológico severo, traqueostomizado, y se alimentaba por una sonda nasogástrica”. La mamá del pequeño Iara Elizabeth Dorado, manifestó su satisfacción con la atención recibida, y comentó que Gael “está un poco irritable ahora pero la va llevando bien”.
Gastrostomía percutánea endoscópica
La gastrostomía percutánea endoscópica constituye una novedad en la medicina, antes se hacía por cavidad abdominal, ahora se hace por vía endoscópica por tubo digestivo. Al no haber abertura de cavidad, no deja cicatriz. Esta operación representa complicaciones mínimas, una intervención rápida de 15 minutos y una recuperación de 12 horas. Especifican desde el Ministerio de Salud Pública.
“Es un dispositivo que se usa para la alimentación del paciente. Así no tiene que usar una sonda nasogástrica que es un cuerpo extraño y genera problemas respiratorios en los pacientes. De este modo, la calidad de vida del paciente mejora, el posquirúrgico es simple. A las 24 horas ya se puede empezar a alimentar por ahí, no tan sólo con líquidos como pasa con la sonda sino también con semisólidos o papillas”, explicó el Nicolás Rovati, gastroenterólogo infantil del hospital.
Actualmente, en el hospital hay otros 10 chicos con traqueotomía. Que Gael haya sido el primer paciente pediátrico en realizársele esta intervención constituye una gran esperanza a futuro sobre los servicios del hospital público.