La puja entre la salud y la economía se acentúa y por esa grieta se coló la politiquería. La entrega de bolsones por parte de los intendentes “sin protección sanitaria” implica no solo que se expone el jefe comunal sino también que se pone en riesgo a la gente que recibe el bolsón. La intendenta Susana Zenteno de Valle Viejo con tan solo un barbijo entregando módulos alimentarios y los beneficiarios sin ninguna protección es un ejemplo de lo que no se debe hacer.
Es doble el riesgo, para la intendenta y para la comunidad chacarera. Sin medidas sanitarias, el acto político solidario se convierte en una potencial situación de contagio de un virus que tiene fama mundial. Aunque sea por el hecho de que es una pandemia no se lo debería subestimar a nivel local. Sobrarlo con dádivas podría acarrear consecuencias mortales para la jefe comunal y para la sociedad. Un poco de respeto al coronavirus podría salvar vidas.
A esto le sumamos que el COE Valle Viejo está casi perdido, No hay comunicación clara, ni siquiera hay comunicación, ni oficial ni extraoficial, nada. Quién debería encabezar ese COE es Susana Zenteno. Pero por ejemplo no tenía idea de la situación sanitaria con los remiseros de Valle Viejo sospechados de Covid-19. Ella está más preocupada en entregar dádivas que en cuidar lo primordial en este contexto, la cuestión sanitaria.
Un ejemplo de que la irresponsabilidad parte desde arriba y que de esta forma se hace difícil exigirle a la comunidad que tome conciencia sanitaria. La gente golpeada por fuertes necesidades económicas no está pensando en el contagio del coronavirus, está preocupada por lo que pondrá en la mesa hoy para poder sobrevivir pero eso no puede servir de excusa a los funcionarios para obviar lo sanitario.
Los políticos no pueden hacer las dos cosas: ayudar económicamente y cuidar sanitariamente a la gente. Ellos te dan los bolsones sin importar si te contagian el virus, o al revés, te piden que te quedes en tu caso por el peligro que representa el coronavirus y se olvidan si tenés para comer o no. No pueden contemplar las dos situaciones, es mucho pedir. O te matan de hambre, o ponen en riesgo de tu vida en una abierta contradicción con lo que pregonan todos los días.