Emilio Majori, presidente de la Federación Panaderil Bonaerense, analizó la difícil situación que debe afrontar el sector de los panaderos, en medio de la crisis económica generalizada. En declaraciones a El Intransigente, el dirigente señaló que un gran número de panaderías formales deben cerrar sus persianas porque «no pueden afrontar los gastos» que conlleva mantener un local que brinda trabajo, abierto.
Las panaderías son uno de los rubros en donde más de lleno se sintió el impacto de la crisis económica: en los últimos 12 meses más de 1.300 panaderías debieron cerrar sus puertas, lo que significó una pérdida de alrededor de 80.000 puestos de trabajo en el sector. En ese marco, referentes de panaderos se reunieron en la provincia de Tucumán para analizar posibles medidas para afrontar la situación.
En ese marco, Majori explicó que desde el sector vienen advirtiendo las dificultades que afrontan a diario para seguir produciendo y poder mantener los locales abiertos: «Desde que empezó todo este desequilibrio económico y social que tiene el país que venimos reclamando sobre esta situación, y decíamos que las consecuencias iban a ser nefastas».
«Las panaderías formales están tendiendo a desaparecer porque no están pudiendo afrontar los gastos, cuando sí lo hace el informal. A una panadería formal no le alcanza el dinero para pagar: el consumo bajó del 35% al 40% en las panaderías formales, pero no bajó en su totalidad porque la gente hace pan clandestinamente, o no dentro de las reglas formales. Entonces acá tenemos las consecuencias», explicó.
En declaraciones a El Intransigente, el dirigente de la Federación Panaderil Bonaerense comentó que los distintos referentes del sector a nivel nacional vienen de mantener un encuentro en Tucumán, con el objetivo de encontrar respuestas en conjunto a la dura crisis que deben afrontar las panaderías: «Estamos reclamando de alguna manera ver de que manera se puede revertir esta situación».
«Fuimos analizando cuál era el problema y estuvimos todos de acuerdo, que las partes tiene que involucrarse: tanto el Estado como autoridad, la parte empresarial y la parte obrera para tratar de solucionar este problema», expresó y agregó que una de las cuestiones fundamentales que se presenta es la «desprolijidad total» para poder producir y comercializar los productos, en medio de la crisis generalizada del país.
«Las panaderías formales que tiene la gente en blanco y que paga sus impuestos no puede afrontar los gastos. Y el Gobierno Nacional tampoco tiene plata para afrontar los gastos, este es el problema que tenemos hoy en día. Eso genera que vamos a tener una inflación de cerca del 6% en agosto, que impacta de lleno nuevamente en nuestro sector», detalló Emilio Majori